Nota del editor

En la serie Confesiones de una reina, varias ex Miss Universe Puerto Rico revelan el peso y los desafíos de llevar la banda de la Isla en el certamen internacional.

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Llegó y salió bailando samba.

Así describió Viviana Ortiz Pastrana su aveuntura de representar a Puerto Rico y gozarse por completo la edición 60 de Miss Universe desde el pulmón verde del planeta Tierra, Brasil.

La exreina de belleza reveló que dar cara por su patria en el país sudamericano representa uno de los recuerdos más gratos de su vida, donde tuvo la oportunidad de sumergirse en diversas culturas, conectar con un sinnúmero de figuras influyentes y presentar la sazón boricua ante el mundo.

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Todas las fiestas que hubo las bailé hasta el final”, compartió la exreina de belleza en entrevista con Primera Hora. “Yo me disfruté tanto ese certamen que los veo ahora y me gusta ver a las nenas, cómo representan a Puerto Rico, y para mí lo importante es que ellas se disfruten el proceso como lo hice yo. Y sí, me acuerdo mucho el disfrute que tenía en cada fiesta que se hacía”, apuntaló.

Ortiz Pastrana aseguró que esa etapa de su vida representó una ocasión en la que decidió probar su suerte en terreno desconocido.

Antes existía Única Centro de Refinamiento y Modelaje, la agencia de modelos que llevaba Caridad Fernández. Yo llegué allá y ella... ella era mi madrina y yo fui modelo”, compartió la corozaleña, resaltando que esa oportunidad abrió las puertas para conocer a varios diseñadores de moda del patio en el Puerto Rico High Fashion Week, así como generar ingresos desde la pasarela.

Yo me había propuesto esa meta de participar en el Puerto Rico High Fashion Week y lo logré, y una vez tú logras algo, uno dice, ¿qué otra cosa puedo lograr?. Y ahí fue cuando pensé que era el momento de hacer otra cosa distinta y dije: Miss Puerto Rico puede ser”, destacó.

Viviana aseguró, sin embargo, que pasar de la pasarela a lucir una corona era una hazaña que veía inalcanzable, pero al compartir su anhelo con Fernández fue ella quien la inspiró a seguir adelante y así conocer a Desirée Lowry, la entonces directora nacional de Miss Puerto Rico Universe.

Lo hice porque fui una atrevida, porque a veces piensas que tienes la seguridad, las cualidades para lograr algo, pero hay veces que aparece una vocecita y te dije: ‘No, eso no es para ti’. Pero lo logré, aquí estoy”, destacó al agregar que mientras modelar le fortaleció su proyección escénica, su carrera por la sexta corona para la Isla del Encanto le ayudó a derribar el miedo de tener criterio propio.

Miss Universo es distinto y ahora es más distinto todavía porque las mujeres tienen más voz, las mujeres pueden opinar mucho más. Yo siento que la oportunidad de decir lo que piensas y dar tu opinión es algo que las modelos no tienen, las modelos, simplemente, modelan ropa. Siento que esas son las diferencias entre ambas carreras, pero ambas conllevaron entrenamiento”, acotó Ortiz Pastrana.

Luego de 14 años de probar su suerte en Miss Universe, Ortiz reitera que fue un “privilegio” representar a la Isla del Encanto en esta conocida plataforma de la moda y belleza. Pero si le dieran la oportunidad de volver a esa etapa de su vida hay un asunto que a ella le encantaría cambiar.

Yo traté de ser muy perfecta”, destacó la puertorriqueña. “Cuando hacíamos todo contestaba lo que la gente quería escuchar, lo que me decían que tenía que decir, y entonces era como medio robótica. Tenía mucho miedo a cometer errores, siento que sentía esa presión de ser esa típica reina buena, que opina todo bonito y habla bonito. Hubiera querido ser más yo”.

Viviana reveló que durante su reinado logró compartir con el público su amor por el canto, que nació durante su crianza con su padre, el exboxeador Héctor Ortiz, quien deleitaba a su familia tocando guitarra y cuatro en su hogar en Corozal, así como su hermana Odemaris Ortiz Pastrana, que es hoy día cantante de ópera y educadora.

Primera Hora logró captar hace 14 años cómo la exreina sorprendió al cantar temas como “Si no me amas” de Ednita Nazario y “Take a Bow” de Rihanna, a capella, frente al público que se daba cita en los distintos puntos que asistió para conectar con el público.

Yo no tengo idea cómo comenzó esto, pero me imagino que Desirée Lowry sabía que yo cantaba y lo decía. Y los animadores me lo preguntaban y si me pedían que cantara”, dijo.

“El mejor regalo”

Ortiz Pastrana compartió que uno de los privilegios más grandes de su paso por Miss Universe fue representar a la Isla el 12 de septiembre de 2011, fecha de su cumpleaños número 25,

Para mí fue el mejor regalo. Haber cumplido ese día, en ese momento, fue como un sueño hecho realidad; sentía que esa era mi noche”, destacó quien, a diferencia de la reacción de la fanaticada, se alegró de alcanzar el grupo de las mejores 16 reinas de belleza. “A veces, siento que en Puerto Rico hay muchas personas competitivas, ¡y me incluyo! Pero cuando eso pasó, que me quedé entre las 16, sentía que todo el mundo estaba con el ‘qué pasó, por qué’, estaban molestos. En cambio, yo estaba superfeliz, eran 89 candidatas. Me sentí agraciada porque llegué a un lugar, llegué a posicionarme, para mí estuvo espectacular entrar a ese grupo“.

Ortiz Pastrana dejó claro que su posicionamiento equivalió a una victoria en una era del certamen en la que parecía que Puerto Rico, o cualquier reina de América Latina, tenía que hacer malabares para clasificar.

Ese año recibí una llamada antes del certamen y me dijeron: ‘Viviana, no quieren latinas’. Podrá sonar como un chisme, pero recibí esa llamada y dije, bueno, pues qué queda. Me voy a disfrutar lo que queda del certamen”, sostuvo.

Otro suceso que vivió mientras buscaba convertirse en la sucesora de Ximena Xavarrete, Miss Universe 2010, fue mantener la calma ante los “encontronazos” que tuvo con la representante de República Dominicana en ese entonces, Dalia Fernández.

Ella no era muy ‘friendly’ conmigo y me decía muchas cosas. Por ejemplo, nosotros los puertorriqueños decimos pantallas y yo le decía: ‘¡qué bonitas tus pantallas!’, y ella venía diciéndome: ‘¿Qué es eso, Puerto Rico? ¿Pantalla, cómo que pantalla?’. Y yo le preguntaba cómo se decía y ella ‘¡Aretes! ¡Se dice aretes!’. Le aclaraba que en su país le dicen aretes, pero nosotros los puertorriqueños decimos pantallas. Y así como ese ejemplo había muchas otras cosas que pasaban con ella y a mí no me agradaba mucho, y comencé a no hacerle caso”, aseguró.

Y aunque no mantiene comunicación con Fernández, la boricua afirmó que al final de la competencia ambas se saludaron, recordando que todo puede suceder en un concurso de belleza.

Yo siento que esas cosas pasan cuando sientes la competencia, cuando todas quieren sobresalir todo el tiempo y pues quizás ella lo sintió así”, indicó.