La unión de los actores Teófilo Torres y René Monclova en la comedia musical por estrenar Santos e inocentes no se da en el vacío. 

Tampoco responde a una estrategia comercial, aunque no hay por qué dudar que la simple mención de sus nombres es garantía de un trabajo serio, profundo, por más jocoso que sea el texto que los reúne.

Ellos fueron de la admiración mutua, mientras se formaban en el Departamento de Drama del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, a la amistad y de ahí a ser reconocidos como dos de los actores más completos de las tablas nacionales.

Cada uno se enriquece del otro sin dejarse afectar por el ego. Se pegan vellones entre ellos y traen al presente sus travesuras pasadas como si las volvieran a vivir.

 Torres coincidió en la universidad con el padre de Monclova, Félix, fallecido a sus tempranos 40 años. 

“Teo, en el momento en que yo entro, era la estrella del Departamento de Drama, era el que protagonizaba todas las obras. Era el gran actor que es, pero a nivel universitario, y yo entré y era mi modelo a seguir”.

La admiración era mutua, pero tampoco fue dada. Torres es un estudioso del arte como del campo, y ese ojo crítico lo posó sobre su cómplice en la titerería, lo que incluye rescatar abejas y compartir el susto de un asalto mientras pasquinaban alguna calle de la zona metropolitana. 

 “Creo que René es probablemente lo máximo que hemos tenido aquí en términos de cómo él utiliza su propio cuerpo, su instrumento, sin pretender entrar en caracterizaciones complicadas. Él puede con unos meros cambios en la voz hacer todo lo que le dé la gana. Si él fuera el Mozart de la actuación nuestra, yo sería el Salieri”, afirma Torres.

Reunirse de nuevo en el teatro fue una idea que los acompañó por algún tiempo hasta que finalmente se concretará desde el 29 de diciembre, en la sala René Marqués del Centro de Bellas Artes en Santurce.

Torres se presentará con su personaje clásico, “Pateco”, y Monclova le seguirá el ritmo como “Paco”, el borracho que recrea continuamente en la televisión y el teatro. 

“Todo arranca en la historia de que ‘Paco’ le está haciendo una broma a la hermana como parte del Día de los Santos Inocentes, que es Yesenia (Cruz), pero al llegar a la casa el que se lleva la sorpresa es él”, adelantó Torres. 

El cementerio donde trabaja “Pateco” será el escenario común entre los personajes y donde se integrará la música tradicional puertorriqueña con el talento de Yesenia Cruz, Eduardo Villanueva, Irvin y Ricky Santiago, Joe Collazo y Los Ultra Criollos.

“Teo piensa en décimas, hasta para dejar un mensaje de dónde nos encontramos, para jo… tira una décima y, claro, la raíz de Teo es de Jayuya y es un hombre de campo no importa la vuelta que le des, lo puedes mudar al mar, y en el mar él va a tener su siembra, su vaca, porque ese es su entorno, y por ahí va su trabajo, y yo me monto en el viaje, así medio atrevidamente a cantar con esta gente”.

Entre diálogos, algunos más punzantes que otros, este par de “borrachos funcionales” colarán sus puntos de vista sobre el Puerto Rico que viven y el que aspiran.