La situación económica se pone cada día más complicada, sin embargo, hay veces en que podemos darnos unos gustitos, y más cuando se trata de comida.

Sin lugar a dudas los camarones son uno de esos antojitos que los boricuas disfrutamos de vez en cuando, ya sea acompañados de mofongo, tostones, pasta o con un arrocito guisado.

Pero, ¿sabe usted cómo elegir bien los camarones?

Expertos de la agencia independiente sin fines de lucro, Consumer’s Report (CR), hicieron varios estudios relacionados al origen, manejo y mitos acerca de los camarones y esto fue lo que encontraron:

¿Camarones orgánicos?

No existe tal cosa como una regulación formal para determinar si son orgánicos o no, por lo tanto, cualquiera puede poner en su etiqueta orgánico, y como nadie lo ha reglamentado, lo supervisa ni regula, no tiene valor real. Lo mismo sucede con todo tipo de pescado y marisco de Estados Unidos, alertó la agencia.

Camarones silvestres, ¿son mejores?

De acuerdo con los dietistas consultados por CR, los camarones cultivados y silvestres tienen el mismo perfil nutritivo básico. Pero desde el punto de vista de la seguridad y la sustentabilidad, los camarones silvestres pescados de manera sustentable en Estados Unidos son mejor opción.

¿Es bueno que se usen antibióticos en la cría de camarones?

Los antibióticos se usan para combatir o prevenir enfermedades, pero no deberían utilizarse.

Manejo seguro:

Es importante un manejo adecuado de los camarones, sin importar cuánto te hayan costado o si son los de mejor calidad. De la tienda a la candela, ya sea de la estufa, el horno o el bbq, estas son las recomendaciones que no debes pasar por alto:

Consérvalos fríos

Las bacterias se multiplican a temperaturas superiores a los 40 °F, por lo tanto no debes permitir que los camarones se entibien antes de cocinarlos.

Asegúrate de que sean uno de los últimos artículos que colocas en tu carrito de compras en el supermercado.

Si los compras en una pescadería, pide una bolsa de hielo para mantenerlos fríos.

Piensa en tener una nevera portátil en el carro para conservar los camarones y todos los mariscos fríos de camino a tu casa. Luego, coloca los camarones en hielo o en el freezer hasta que estén listos para cocinarlos.

Si los compras congelados, descongelarlos y congelarlos nuevamente bajará su calidad, pero no debería representar un riesgo para la salud siempre que se mantengan por debajo de los 40 °F.

Trabaja con rapidez

No te demores quitándoles el caparazón o la vena para que pasen el menor tiempo posible en tus manos tibias.

En la medida en que sea posible, mantenlos con hielo o en un recipiente con agua helada hasta que los vayas a cocinar.

Desecha

Asegúrate de que descartas en una bolsa o envase las venas y los caparazones no cocidos para contener las bacterias que puedan tener.

Lávate las manos de inmediato.

Limpia también cualquier utensilio de cocina que haya estado en contacto con los camarones crudos para reducir el riesgo de propagar las bacterias a cualquier otro alimento que estés sirviendo.

No confíes

No todas las etiquetas son honestas en su información. “Si la etiqueta del camarón dice ‘orgánico’, ignórala”, aconseja la doctora Urvashi Rangan, directora ejecutiva del Centro de Sustentabilidad y Seguridad Alimentaria de Consumer Reports. “No hay normas estadounidenses para las etiquetas orgánicas cuando se trata de mariscos, a diferencia de los productos agrícolas y la carne”. Lo mismo se aplica para las etiquetas que manifiestan que un paquete de camarones es “natural” o tiene “conciencia medioambiental”. 

Estas son algunas de las etiquetas menos confiables en las bolsas de camarones:

Natural. Este término no tiene una definición oficial en relación con los camarones. Ignóralo.

Orgánico. No existe una norma aprobada para los pescados y camarones orgánicos en EE.UU.

Sustentable. No existe una definición regulada de “sustentable o sostenible”. Cualquier vendedor puede afirmar esto.

Sin Hormonas. No existe una definición gubernamental u oficial de este término en relación con los camarones.

Sin Antibióticos. En relación con la carne de res y las aves de corral, la frase tiene el significado de lo que afirma, pero con respecto a los camarones, la FDA no ha definido este término.