Imagine un helado hecho a base de yerba buena, azúcar y limón, mezclado con cóctel de jugos, vodka y coñac. 

 Quizás también pueda comerse una margarita de mangó y hasta una paleta de piña colada con ron. 

Parece una locura, pero eso es posible desde que el estudiante de Arquitectura, Joshua “Puli” Moreno Quiles coronó su postre favorito con una variedad de licores.

Resulta que este ponceño tenía tanto calor que quiso saborear un helado con vino, pero no lo encontró y eso fue la chispa que encendió su inspiración.

 Luego probó y probó hasta lograr la manera de hacer mantecados con alcohol.

“Eso fue un día que yo estaba bajando de San Juan a Ponce por la autopista y estaba medio ‘down’, y yo sé que existe un helado de vino, pero no sabía dónde encontrarlo. Y estaba con esa idea, porque hacía calor, quería relajarme y comer algo dulce a la vez, y como no lo encontré, decidí hacerlo yo mismo”, recordó Moreno Quiles, alumno de la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica en Ponce. 

“Primero preparé una paleta y los primeros sabores, lo que hacía era que juntaba a mis amistades en la marquesina de mi casa y les daba a probar porque había logrado la manera de que eso congelara. Las primeras no fueron buenas, no te voy a mentir, pero así fui mezclando licores con jugos y le daba un sabor que fuera tanto caribeño, pero con un twist”, expresó.

Joshua, de 23 años, aprendió sobre el oficio de bartender por medio de su padre, Isidro Moreno, quien tenía un negocio de bebidas en la calle Isabel de Ponce.

Sin embargo, al desarrollar el peculiar helado, este muchacho descubrió la arquitectura de un producto que fue probando con distintas personas. Hasta llegó a varias playas para que la gente le diera su impresión.

“Ahí fui desarrollando el sabor y luego con mis conocimientos en Arquitectura como el diseño, fui desarrollando el arte gráfico y el molde de la paleta, que se distingue como si tuviera unos ‘bitemarks’, (marca de la mordedura), y también es derretida”, explicó.

“Tiene que ver el concepto de que es derretida, porque el alcohol hace que se derrita más rápido y tienes que comértela bastante rapidito. También mordida porque mi paleta a diferencia de las demás no se supone que se chupe, sino que te la comes porque así pruebas todo a la vez y si la chupas, lo que vas a tomar primero es un cantazo del licor”, advirtió.

Ahora, este ingenioso joven decidió poner en alto sus estudios para aventurarse con su primer negocio, “Puli’s’ Cocktail Popsicles, ubicado en la Plaza del Mercado Isabel Segunda en la Ciudad Señorial. 

“Esto no es algo que se ve en Puerto Rico, hasta ahora soy la primera y única heladería con licor y aquí no tan solo tengo helados con licor sino también helados sin licor, como estoy en la Plaza del Mercado tengo un ambiente más familiar. Así que vas a encontrar helado de licor para papá y mamá, como el helado sin licor para los niños o para aquellos que no toman alcohol”, destacó.

Allí cuenta con una variedad de hasta 30 licores que ofrece para ingerir o a través de helados y mantecados, cuya oferta seguirá ampliando semanalmente.

Según Joshua, gran parte de los ingredientes de su producto son del País y adquiere las frutas en los kioscos de la misma plaza para promover el comercio local.

“Todo lo tengo que elaborar y manufacturar aquí mismo, así que son helados artesanales. Tengo opciones de paletas que son en base de jugo, son más tropicales y los mantecados son más cremosos en el sabor, y al momento cuento con paletas de cuatro o cinco sabores y según se van acabando saco otras”, dijo.

“De las paletas tengo margarita con mangó, de mojito, piña colada y voy a tener helado de vino. También tengo cocteles de helado como el famoso orgasmo que es con helado de Bailey con Nutella, helado de amaretto y el toping es chocolate con kahlúa, y ahí tienes los componentes”, detalló al servir el mantecado a uno de tantos curiosos que llegaron al local.

Para detalles puede acceder a: Puli’s Cocktail Popsicles en Facebook o llamar al 787-384-5834.