Todos en algún momento hemos pensado que no queremos ir a trabajar. En ocasiones podría ser por que el cuerpo y la mente necesitan un descanso. Otras veces por la rutina que podría acarrear el llevar muchos años en dicho empleo o por que sientes que necesitas un cambio. El pensar esto de forma momentánea no es necesariamente que el trabajo te está afectando emocionalmente. Cuantas veces hemos dicho: “Hoy me quedaría en casa”, pero te levantas, llegas, y trabajas con el mismo esmero y dedicación de siempre.

Hay personas que el pensamiento de no querer ir a trabajar puede venir acompañado de llanto, tristeza, quejas somáticas y un malestar emocional extremo. El hecho de volver a su trabajo les causa ansiedad y hasta experimentan baja autoestima. Su estado anímico se ha deteriorado tanto que han llegado a pensar en la renuncia o simplemente no regresar.

¿Por qué esto sucede? 

Tristemente son muchos, más de los que se puede llegar a pensar, el número de personas que luego de haberse ido de su empleo llegan a las oficinas de profesionales de la salud mental afectados no solo por su decisión si no por las marcas que dejaron los malos tratos de algún jefe, compañero de trabajo o de la empresa en sus vidas. El acoso psicológico laboral o “mobbing”, como se conoce en inglés, hace referencia a la acción de hostigar o acosar a un empleado con el propósito de que el mismo abandone su empleo. El acoso puede venir por parte de una persona o de un grupo y es tanto el daño emocional que trae que el acosado en muchas ocasiones renuncia a su empleo.

Qué tipo de conductas podrían definirse como acoso laboral:

-Criticas constantes del trabajo realizado en privado o en reuniones de equipo.

-No incluir a la persona en reuniones aledañas a su puesto.

-Carga de trabajo más grande de lo que una persona puede realizar acompañado por la presión de fechas límites poco reales.

-Eliminación de tareas sin previo aviso o sin razón.

-Ignorar al acosado o hablar de forma tal que la persona se sienta excluida.

-Atribuirse el trabajo realizado por la victima del acoso.

-Monitoreo malintencionado de la ejecutoria del empleado, de sus horas de llegada, sus citas médicas entre otras áreas.

-Fomentar el que compañeros de trabajo se alejen para que se sienta solo o excluido.

-Eliminar acceso a ciertas áreas inherentes al trabajo que realiza sin razón mayor al deseo de acosar.

-Entre otras modalidades de conductas hostigadoras.

Hay personas que llegan a pensar que su estado emocional está relacionado al Síndrome de Quemazón Laboral o agotamiento. 

Una persona víctima de acoso psicológico laboral puede llegar a presentar síntomas de depresión e incluso retirarse del empleo sin pensar en perder beneficios, en su economía en su futuro. Las victimas de “Mobbing” viven en muchas ocasiones el traumatizadas por lo vivido interrumpiendo el poder buscar otro empleo.

Si te identificas con este tema busca ayuda, oriéntate y no permitas que el acosador maltrate tu carrera profesional y tu vida.

Si deseas coordinar una cita con la Dra. Ingrid C. Marín Espiet, Psicologa Clínica puedes comunicarte al (787)222-4999 o via email: imarinespiet@gmail.com