Los ves en promociones de grandes firmas internacionales de moda y belleza. Anuncian perfumes, ropa de diseñador, y son el rostro de anuncios en billboards y catálogos comerciales. Pero no importa cuánto se promueva su imagen, son unos totales desconocidos.

Ganan mucho menos que una mujer por el mismo trabajo. No se convierten en celebridades. Y si llegan a darse a conocer en algún momento, es común que devenguen más prestigio que dinero.

En asuntos económicos, el mundo del modelaje para los hombres está en gran desventaja en comparación con el de las mujeres. La revista Forbes lo reseñó hace par de años, pero al día de hoy, es una realidad que todavía despierta asombro y malestar para muchos. Mientras que un supermodelo puede generar entre $200,000 y $500,000 al año, una top model como Gisele Bündchen gana $25 millones. Incluso, Carolyn Murphy, top model que alguna vez ha figurado número 10 en la lista de Forbes, gana $3 millones.

El documental How to Become a Male Model: Pretty Boys, de 2011, también seguía los pasos de modelos jóvenes y el reto de sobresalir en un mundo con una paga tan desigual.

¿Materia de discrimen?

Para Caridad Fernández, tenedora de la franquicia Elite Model Look Puerto Rico, la respuesta a esta interrogante es un rotundo no. Si bien se aborda que es la primera profesión en la que la mujer gana más que el hombre, todo apunta a que se trata de un aspecto cultural y de mercadeo. “El o la modelo es una persona que se usa como medio de venta de productos y servicios”, menciona la también presidenta de la agencia de modelos Única. En este sentido, expone que muchos modistos diseñan para la mujer, lo que limita la presencia de los varones en los desfiles.

Del mismo modo, “hay tiendas por departamento que le dan preferencia a la ropa de la mujer, porque es la que tiende a comprar más”. A este panorama, cabe añadir que “hay muchos más productos de mujer”, otro campo en el que los chicos están en desventaja a la hora de prestar sus servicios de modelaje. Además, “en el campo de los editoriales de moda para publicaciones, vemos que hay más revistas para la mujer que para el hombre”.

Por su parte, Jaime Mayol, quien tuvo sus comienzos en el modelaje para el 2000, comparte el criterio de que esta desigualdad obedece más a asuntos de mercadeo. “No creo que sea discrimen”, responde enfático el también presentador de Pégate al mediodía (WAPA TV). “Hay un énfasis mayor para que la mujer se sienta aludida en cuanto a las campañas publicitarias que se hacen”, observa. “Hasta en televisión y radio se está pendiente al rating para apelar a la mujer”. Del mismo modo, aborda la problemática de que “hoy día vemos más actores y atletas promocionando productos. Los modelos tienen que competir con esa realidad”.

El panorama local

Al indagar sobre la perspectiva económica de este campo en la Isla, Caridad Fernández aclara que “en el modelaje se paga de acuerdo al mercado, y el de Puerto Rico es más pequeño, ningún modelo puede vivir cien por ciento de esta profesión”. Quien aspire a generar más dinero, deberá intentarlo “en Europa o Estados Unidos, por ejemplo, que tienen una población mucho mayor”.

En el caso específico de la agencia Única, Fernández explica que “cuando nosotros cotizamos para un trabajo, se cobra lo mismo para el modelo profesional varón que para la mujer”. La diferencia puede estribar en que, por ejemplo, “se trate de un comercial de televisión y la mujer sea la principal y el hombre el secundario, ahí van a variar los presupuestos”.

A su vez, Jaime Mayol confiesa que su incursión en el modelaje era “más como un ingreso extra que me llegaba, pero no como para vivir de él”. De acuerdo con su experiencia, “aquí una pasarela no te pagaba más de $125”, recuerda el también animador de Atrévete a cantar, quien llegó a modelar en China, México, Panamá y Estados Unidos.