Boricuas describen cómo es el día a día trabajando con los vietnamitas
Destacan que son personas buenas, trabajadoras y familiares.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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No comerían ni un solo bocado de la comida de los vietnamitas, pero admiran enormemente su laboriosidad.
Esa es la impresión que tienen algunas empleadas boricuas de sus colegas vietnamitas de Expo Nails, en Galería Paseos, Río Piedras, negocio en el que se realizan manicuras, pedicuras y se ofrecen servicios de peluquería.
Carla Maisonet, pedicurista del negocio, comentó que a ella le encanta trabajar con los vietnamitas. “Antes me metían el cuco de que ‘no trabajes con chinos o con vietnamitas porque son malos jefes’... ¡Mentira! Llevo cuatro años trabajando con ellos y, si tengo un problema, mis jefes están ahí. Nunca me han dado la espalda. Me encanta trabajar con ellos”, dijo.
De hecho, Maisonet comentó que ha ido con ellos al cine y la han invitado a actividades como cumpleaños y baby showers. “Es una cultura bien nice”, opinó.
Por su parte, Cecilia Frías, recepcionista del lugar, afirmó que ellos son “superbuena gente”. “Cuando están relajados, son como nosotros. Se ríen mucho”, compartió.
Raiza Mojica, pedicurista, y Clarissa Coste, manicurista, opinaron que sus compañeros vietnamitas son buenas personas que prefieren no integrarse del todo a la sociedad puertorriqueña.
“Ellos son bien aparte. Son bien diferentes. Viven como en su mundo. Vienen a trabajar y a hacer dinero, pero tampoco son malas personas”, determinó Mojica.
Por su parte, Coste opinó que los puertorriqueños son más sociables. “Ellos (los vietnamitas) no son de mezclarse ni integrarse a la sociedad”, señaló y agregó que hacen chistes “entre ellos y en su idioma”.
“No me preguntes qué dicen”, añadió.
Coste destacó como aspecto positivo que los vietnamitas son bien familiares. “Eso es de admirar porque hoy en día el puertorriqueño no se sienta en una mesa, sino es a textear. Es triste. Nuestra cultura es bien bonita y la hemos dejado perder. Debemos cogerlos como ejemplo”, opinó.
Coste describió a los vietnamitas como unos “fajones”. “Prefieren trabajar antes que comer. Lo hacen porque a cierta edad se retiran y se van para su país”, explicó. “Dicen que allá la vida no es fácil. Allá son bien pobres. Por eso, ellos se dedican a trabajar, para cuando se retiren, vivir superbién y que no les falte nada a ellos ni a su familia”, aseveró.
Mojica, por su parte, calificó a sus colegas de personas luchadoras y dignas de admirar. “Son una motivación para nosotros. A veces los boricuas pierden negocios y a ellos no se les caen. Todo lo que ellos ponen sigue subiendo”, afirmó.
Frías, por otro lado, consideró que los vietnamitas son más trabajadores que los puertorriqueños. “Ellos quieren hacer todo rápido... producción, producción, producción. Ellos no salen de aquí; están todo el tiempo trabajando”, manifestó, mientras que Maisonet pronosticó “que se van a quedar con la industria de la belleza en Puerto Rico”.
Otro aspecto que llama mucho la atención de las boricuas es la gastronomía vietnamita. “Yo no sé cómo ellos se atreven a meterle el diente a eso”, cuestionó Maisonet, y describió que dicha comida tiene “olores fuertísimos”. “Me imagino que es como cuando nos ven comiendo arroz, habichuelas, pernil y morcilla. Supongo que dirán lo mismo”, analizó.
Frías, por su parte, sostuvo que “todos los días comen lo mismo”. Además, comentó que una de las jóvenes vietnamitas lleva al lugar “una sopa color verde. Para mí es de algas y siempre (se la come) con arroz”.