¿Que si vale la pena el viaje de hora y pico desde San Juan para llegar hasta allí? La respuesta es un “sí” rotundo. Y no, meramente, porque la travesía sea agradable, entre paisajes espectaculares a todo lo largo de la autopista. En lo que a nosotros respecta, gustosamente volveríamos todas las semanas hasta Guayama con tal de seguir saboreando la comida de La Casa de los Pastelillos.

Aquí, en el barrio Pozuelo y a la orilla del mar, se respira -literalmente- un aire diferente, completamente alejado del trajín y el ajoro de la vida urbana. Con el sonido de las incesantes olas y acariciados por la brisa, nuestro apetito se despertó para celebrar la sazón y las delicias de este negocio criollo.

El ambiente

Sencilla y familiar, La Casa de los Pastelillos es un establecimiento sin paredes que obstaculicen la vista. Hay un gran pabellón techado -tipo merendero-, con abundantes mesas con topes de madera y sillas plásticas, desde donde se aprecia el paisaje marino.

A un lado está el mostrador donde se ordenan la comida y la bebida. Arriba y a los costados del mismo, hay toda suerte de letreros que indican lo que uno puede degustar. Para mayor conveniencia, también tienen menús impresos, de manera que uno pueda “estudiarlos” con más calma en su mesa.

Cuando los clientes llegan, se acercan a ordenar la comida y, rápidamente, procuran los asientos más cercanos al barandal para poder deleitarse con la agradable vista en lo que les preparan la comida.

Una vez está lista la orden, el número de la misma o el nombre del comensal es anunciado por el altoparlante para que la persona pase a recoger su comida.

Pero, ojo, la atmósfera no es igual de lunes a viernes, que los fines de semana, pues, entonces, debido a la numerosa concurrencia, la fila para pedir los platillos es mucho más larga. En dichas ocasiones, cuentan con más empleados para que el servicio sea más eficiente.

Para los que se preocupen por las posibles picadas de los majes que abundan en los entornos playeros, la gerencia del negocio provee a su clientela repelente de insectos para prevenir esta molestia. Eso sí, si la fragancia de este tipo de producto no les gusta, les recomiendan traer su propia marca.

El menú

Como es de suponer, las estrellas de la carta son los pastelillos ($3 a $5.95). Los hay de 8'' y de 12'' de largo, ¡con más de 25 rellenos diferentes a escoger! Los más populares son los de camarones, camarones con mofongo, mar y tierra (churrasco con camarones), pollo al mojo, siete potencias (pulpo, camarón, carrucho, jueyes, chapín, almejas y calamares), jueyes, chapín, pulpo, carrucho y pastelón de carne y amarillos. Todos están marcados con tinta vegetal, para poder identificar las variedades.

Los pastelillos más exóticos son los rellenos de tiburón o de cocodrilo. Y créannos cuando les decimos que el de cocodrilo -con carne importada de la Florida- es absolutamente delicioso. No tiene un gusto raro, sino, por el contrario, sabe como a carne de ternera o de cerdo guisada. Definitivamente, lo tienen que probar, pues sería una pena llegar hasta aquí y perderse esto.

De hecho, todos los pastelillos que probamos nos gustaron mucho, pero el de carrucho -al menos, para nuestro paladar-, aunque estaba gustoso, no se distinguía bien lo que era. En cambio, el de pastelón sí se notaba diferente y el de chapín era inconfundible.

En fin, como gustan tanto, el dueño de La Casa de los Pastelillos, Pierre Beliard, decidió que la gente también tenía derecho a disfrutarlos en casa. Por tal motivo, los pastelillos están a la venta, crudos y congelados -de 8'' y de 12''-, en una considerable variedad de sabores. Pregúntenle a cualquier empleado.

Por si fuera poco, la gerencia del establecimiento ha comenzado a vender los pastelillos al por mayor.

Pero, ni piensen que aquí sólo se come eso. Aquí preparan tremendos mofongos en salsa ($9.95 a $13.95). De éstos, saboreamos uno mixto (relleno con pulpo, carrucho y camarón), que estuvo estupendo. Muy bien sazonado y con los mariscos tiernos y jugosos.

En los platos de mariscos ($8.95 a $19.95) hay, entre muchos otros, chillo entero (al ajillo, al mojo o frito), ensaladas, paella, y camarones preparados de diversas maneras. De este renglón, nuestro paladar tuvo el gran gusto de probar unas tiernas masitas de pescado empanadas y servidas con tostones. ¡Qué ricas, jugosas y bien sazonadas! También nos sirvieron una ensalada de pulpo y carrucho dentro de un sabroso cucurucho hecho con la misma masa de los pastelillos, pero frito hasta quedar súper crujiente. Este cucurucho está disponible en dos tamaños, igual que los pastelillos.

El menú tiene, además, una serie de sabrosos extras ($2 a $14.95) para todos los gustos. Entre los mismos, hay media orden de paella marinera, batatas fritas y rellenos de yuca, amén de los tostones y papas fritas de siempre. A nosotros nos encantaron las bolitas de mofongo fritas, las arepas de maíz y el mofongo con un sabroso caldo de pescado que, de verdad, “revive hasta a los muertos”.

Y no dejen de probar el mayoketchup de la casa. Es verdaderamente especial.

Ahora bien, no se crean que los que no comen pescados o mariscos no tienen nada que disfrutar aquí. En los platos de carnes y comidas combinadas ($7.95 a $12.95) hay, por mencionar algunos, masitas de pollo empanadas, pollo o churrasco a la parrilla, carne frita encebollada, y un rico mar y tierra de churrasco con camarones. De aquí, probamos algo que nunca habíamos saboreado: ¡arroz con jueyes mamposteao! Qué cosa tan rica. Éste puede ordenarse solo o en combinación con otro platillo.

Por último, en las bebidas tienen refrescos y agua embotellada, varias marcas de cervezas y una selección bien limitada de vinos populares.

En cuanto a los postres, el flan de vainilla y el de queso son hechos en casa y están bien buenos. También, tienen tres leches y cheesecake con guayaba.

Nuestra experiencia

Para llegar a La Casa de los Pastelillos a mediodía, salimos de San Juan un martes, a las 10:30 a.m. Y, efectivamente, a las 12:10 p.m., más o menos, ya estábamos allí. Como el estacionamiento es amplio, rápidamente encontramos un espacio (pero, no olviden que los fines de semana la situación es diferente).

A nuestro arribo, todavía no había llegado el crowd de las farmacéuticas y empresas cercanas, por lo que al acercarnos al mostrador, nos atendieron enseguida. Mientras nos preparaban la comida, nos sentamos a la orilla del mar, donde hay abundantes sillas de playa, mesas de madera estilo picnic, con sus bancos, y una plétora de hamacas.

Cuando la orden estuvo lista, pasamos a recogerla y, como hacía mucho viento, nos cambiamos para sentarnos en el pabellón. Por otra parte, la atención de los empleados fue amable y cariñosa.

Detalles

La Casa de los Pastelillos está en la carretera 7710, Km 3.3, barrio Pozuelo, en Guayama, teléfono 787-864-5171. Yendo por el expreso, se toma la salida hacia Guayama y, luego del peaje, se vira por la tercera salida a la derecha. En el “pare”, se vira, nuevamente, a la derecha y se continúa hasta el semáforo. Allí, se vira, otra vez, a la derecha y se dobla por el primer camino a la izquierda. Se continúa por ahí casi hasta el final de esa carretera.

El negocio abre los siete días de la semana a las 10:30 a.m., pero, de lunes a miércoles, cierra a las 6:00 p.m.; y de jueves a domingo, cierra a las 10:00 p.m.

  • Para más información, visita el portal de www.casadelospastelillos.com.

    Calificaciones

    Ambiente: 4 manzanas

    Calidad: 4 manzanas

    Presentación: N/A

    Servicio: 3 manzanas

    Accesibilidad: 4 manzanas

    Estacionamiento: 5 manzanas

    Leyenda

    Excelente: 5 manzanas

    Muy bueno: 4 manzanas

    Bueno: 3 manzanas

    Regular: 2 manzanas

    Puede mejorar: 1 manzana