Esta Navidad cuídate del efecto del alcohol en la piel
Su consumo durante las fiestas puede provocar deshidratación, inflamación y brotes cutáneos.

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Durante estas festividades suele aumentar la ingesta de alcohol. Su consumo puede tener efectos visibles en diversas partes del organismo, como la piel del rostro.
De acuerdo con información publicada por el portal especializado Artemédica, incluso un consumo ocasional puede generar alteraciones cutáneas asociadas principalmente a la deshidratación y la inflamación. En la actualidad hay gran variedad de productos para cuidar el cutis.
Aunque muchas personas invierten tiempo y recursos económicos en rutinas de cuidado facial, tratamientos dermatológicos y una hidratación constante, estos esfuerzos pueden verse contrarrestados por el alcohol.
Incluso sin necesidad de tener un consumo problemático, es común experimentar al día siguiente de una fiesta signos como piel reseca, rostro hinchado, enrojecimiento o falta de luminosidad.
Según Artemédica, el alcohol actúa como una toxina con escaso valor nutricional y su metabolización puede afectar funciones claves del organismo, como la actividad hepática, el equilibrio hormonal y la respuesta inmunológica. Estas alteraciones influyen en el aspecto y el envejecimiento de la piel.
Uno de los principales efectos del alcohol es su acción diurética, que implica la pérdida de líquidos y dificulta la rehidratación posterior. Como resultado, la piel puede verse apagada, flácida y con mayor visibilidad de arrugas.
En personas con condiciones como acné o rosácea, el consumo de alcohol también puede desencadenar o agravar brotes inflamatorios.
Los efectos pueden manifestarse tanto a corto como a largo plazo. A las 24 horas de una ingesta elevada, la piel suele presentar signos de deshidratación y pérdida de elasticidad. Aunque el tejido cutáneo tiene capacidad de regeneración, esta no es ilimitada y depende del daño acumulado con el tiempo.
¿Influye el tipo de bebida alcohólica?
No todas las bebidas tienen el mismo impacto en la piel. Artemédica señala que, en general, a mayor graduación alcohólica, mayor es el daño potencial. Los licores oscuros como el whisky, el coñac, el brandy o el ron añejo se encuentran entre los más perjudiciales.
El vino tinto, pese a su reputación por el contenido de antioxidantes, también puede generar efectos negativos en la piel, ya que exige un mayor procesamiento por parte del hígado y los riñones, lo que incrementa el riesgo de enrojecimiento y empeora condiciones como la rosácea.
Los cócteles, por su alto contenido de azúcar, suelen estar asociados a inflamación cutánea y brotes de acné.
La cerveza y el vino blanco tienen un impacto moderado, aunque no están exentos de efectos secundarios.
Por otro lado, los licores claros como vodka, ginebra, tequila o ron blanco contienen menos aditivos y son procesados con mayor rapidez, por lo que su impacto en la piel suele ser menor.
Recomendaciones para reducir el impacto
El portal sugiere algunas medidas para reducir los efectos del alcohol en la piel:
- Reducir o suspender el consumo de alcohol, lo que suele reflejarse rápidamente en una piel más hidratada y saludable.
- Aumentar la ingesta de agua antes, durante y después de consumir alcohol para facilitar la eliminación de toxinas y la rehidratación celular.
- Mantener una adecuada limpieza facial, retirando maquillaje y residuos antes de dormir para evitar la obstrucción de los poros.
- Usar productos hidratantes, especialmente aquellos con ingredientes como retinoides o ácido glicólico, que ayudan a mejorar la textura y la regeneración de la piel.

