Los puertorriqueños las conocemos como habichuelas, aunque los españoles las llaman judías, y otros, aun, las denominan alubias (palabra que viene del idioma persa antiguo) o frijoles. Vale la pena saber, además, que el término habichuela no es sino el diminutivo de la palabra haba, que, a su vez, tiene su origen en el vocablo latín faba.

Pero, en fin, como quiera que las llamemos, las habichuelas son ricas y muy nutritivas. Por si fuera poco, además de sus valiosas propiedades alimentarias, las podemos comer lo mismo enteras y guisadas, que guisadas y majadas o hervidas y aliñadas con diferentes aderezos para hacer ricas ensaladas.

¿QUÉ SON, EXACTAMENTE?

A pesar de que los boricuas, también, llamamos granos a las habichuelas, éstas son, en realidad, legumbres (género leguminosas). Se trata, en esencia, de semillas que se encuentran en el interior de vainas.

SUS ORÍGENES

Se piensa que las habichuelas son oriundas del suroeste de Asia y el norte de Siria. De hecho, existe abundante evidencia arqueológica que indica que su cultivo se remonta al año 6000 a. C.

Los egipcios, también, cosecharon estas legumbres, que, después, pasaron a Grecia y a Bulgaria y de allí al resto de Oriente Medio y Europa por vía del Mediterráneo. De hecho, fueron los egipcios los primeros en considerar su valor nutritivo como una “fuente de vida”.

Más aún, cuando los romanos incorporaron el consumo de legumbres a su dieta diaria, esto dio pie a que, incluso, algunas familias adoptaran los nombres de las habichuelas como suyos propios. Ejemplos de esto son los nombres Fabius (de la faba), Lentulus (de la lenteja), Piso (de los peas, o sea, guisantes) y Cicero (de los chickpeas, o sea, garbanzos).

VALOR NUTRITIVO

Las legumbres son una excelente fuente de proteínas y carbohidratos complejos. Son además, ricas en fibra soluble y prácticamente no contienen grasa. Para completar, son ricas en calcio, fósforo, niacina, tiamina, riboflavina, vitamina B6, hierro y ácido fólico. Y la piel que cubre cada semilla contiene valiosos flavonoides, muchos de los cuales son excelentes antioxidantes.

La gran popularidad de las habichuelas obedece, además, a que sacian el apetito y ayudan a que quien las coma, resista varias horas sin volver a ingerir alimentos. Además, su consumo ayuda a la digestión y previene el estreñimiento.

LAS MÁS POPULARES, ahora

En Puerto Rico, los gandules y las habichuelas coloradas y las rosadas, son las legumbres que más gustan. Pero, no se crean que las blancas no tienen su buena fanaticada, pues, en verdad, gustan mucho.

Para los cubanos, en cambio, los frijoles negros son el grano de preferencia. ¿Y qué hay de los españoles y los garbanzos? Pues, que, como quien dice, ¡se hicieron los unos para los otros!

¿Y ANTES?

Cabe señalar que, hace años, en la Isla se comían con más frecuencia las habichuelas pintas, así como las que nosotros llamamos frijoles y que son habichuelitas blancas con un puntito negro en el medio. También, aquí se cocinaban -y gustaban mucho- los petit pois (palabra francesa que significa, literalmente, guisantes pequeños).

Hoy día, en cambio, raras veces conseguimos estas legumbres fuera de una casa o un restaurante bien criollito.

EL RESTO DEL MUNDO

Nadie podría imaginar la comida mexicana sin unos suculentos frijoles refritos. De hecho, la internacionalizción de la cocina azteca ha hecho que los frijoles fritos se saboreen desde Alaska hasta Nueva Zelandia, pasando por Holanda, Alemania e Irlanda, entre muchísimos otros.

Por otra parte, en el resto de Europa, así como en la India y en el Oriente Medio las lentejas son la legumbre de predilección.

En Puerto Rico las más comunes son las verdes, pero las hay, también, de color marrón, negro y anaranjado.

Yendo más lejos, a China y a Japón, específicamente, la legumbre que más se consume es la soja. Estas habichuelitas pequeñas y redonditas son parte esencial de la dieta asiática. Pero, su versatilidad y adaptabilidad al cultivo en diversas zonas y climas ha hecho que su popularidad trascienda las fronteras orientales.

Y es que, de todas las legumbres, la soja es la que contiene el más alto porcentaje de proteína vegetal. De hecho, peso por peso, la calidad y la cantidad de la proteína de la soja -y sus niveles de aminoácidos- la llevan a rivalizar con la proteína animal.

Más aún, de la soja se extrae un valioso aceite y con ella, también, se confeccionan harina, leye, tofú y, por supuesto, salsa de soja.

No podemos dejar de señalar, sin embargo, que en los países orientales también es muy popular una pasta de habichuelas negras fermentadas. Ésta se utiliza, por ejemplo, en platillos como pato a la Pekín.

¡DISFRÚTALAS!

Por último, debemos mencionar que, a pesar de que siempre se ha pensado que las habichuelas “engordan”, lo que en realidad les añade calorías es el modo de prepararlas y los acompañantes (como el arroz). De hecho, prueba a incorporar más legumbres a tu dieta y verás que te verás y te sentirás mejor.