En el transcurso de su breve vida fue idolatrada por las mujeres y deseada por los hombres; con su muerte, se convirtió en una leyenda.

La fama, el glamur, la belleza y la fortuna fueron una máscara que cubrió la trágica existencia de Marilyn Monroe, cuya muerte se conmemora el próximo 5 de agosto.

Fue hace casi 50 años que el mundo se estremeció con la noticia de que la hermosa actriz, cantante y modelo estadounidense, famosa por su figura voluptuosa, por el lunar sobre su labio y su cabello rubio platino, fue encontrada muerta por su empleada doméstica, Eunice Murray. La causa de la muerte fue una sobredosis de barbitúricos que muchos consideran un suicidio.

Sin embargo, existen versiones que apuntan a que su muerte se trató de un accidente. El psiquiatra forense José Cabrera, por ejemplo, en su libro CSI: Marilyn (Caso Abierto) argumenta que Marilyn Monroe no quería suicidarse.

Tal vez fue su prematura muerte la que catapultó su fama, convirtiéndola en una figura legendaria y un ícono de todos los tiempos.

Su vida, sin embargo, no fue una “historia rosa”. Norma Jean Baker (su nombre de pila) nació en 1926 y nunca conoció a su padre y, tras la reclusión de su madre en una institución psiquiátrica, pasó su niñez en hogares adoptivos. Algunos de sus biógrafos aseguran que Marilyn vivió toda su vida agobiada por el miedo de padecer los mismos trastornos mentales de su progenitora.

Se casó con tan sólo 16 años de edad con su primer esposo, James Dougherty, del cual se divorció cuatro años después. Fue para ese tiempo que comenzó a utilizar su nombre artístico, Marilyn Monroe. Sus primeros trabajos en la industria del entretenimiento fueron como modelo.

Sus numerosos amoríos también fueron célebres. Romántica empedernida para algunos y libertina, para otros, la bella actriz siempre estaba dispuesta a darle una nueva oportunidad al amor.

Uno de sus romances más escandalosos fue el que supuestamente sostuvo con el presidente John Fitzgerald Kennedy, casado con Jacqueline Kennedy. De hecho, Marilyn (meses antes de su muerte) se escapó del rodaje de su último e inconcluso filme, Something’s Got to Give, para cantar su famoso Happy Birthday, Mister President a Kennedy en la fiesta de gala que los demócratas le ofrecieron a éste para celebrar su cumpleaños, en 1962.

Con el micrófono muy cerca de sus labios, una excesivamente sensual y sugerente Marilyn gimió el cántico de celebración al dignatario en lo que pareció una insinuación pública capaz de ruborizar al más impúdico.

Monroe, aparentemente, era consciente de que necesitaba ayuda. Según el periódico británico The Telegraph, en 1960, comenzó un tratamiento terapéutico con Ralph Greenson, cuyo diagnóstico fue que la estrella tenía una “personalidad bipolar, paranoide y adictiva” y la describió como “una huérfana perpetua”.

En sus últimos días, a pesar de que lucía segura de sí misma ante las cámaras, ya eran notables los estragos del insomnio, el alcohol y los fármacos en su físico y su comportamiento. Además, Monroe era la pesadilla de directores y productores de películas por sus continuas tardanzas y ausencias en los rodajes.

Desde su muerte, la actriz ha sido la figura central de libros, obras de arte y son varios los hombres que han asegurado, desde entonces, haber tenido un romance con ella.

 Sus romances 

Se casó con James Dougherty con tan sólo 16 años de edad. La pareja estuvo unida por cuatro años, hasta que  se  divorció en 1946.  

Monroe conoció a Marlon Brando antes de que los dos fueran famosos y tuvieron  una relación a escondidas e    intermitente   durante años. 

Robert Slatzer alega haber sido esposo de Marilyn durante una semana en 1952, sin embargo, no hay pruebas de que sea cierto. 

Se casó en 1954 con el beisbolista Joe DiMaggio y se separaron 274 días después. 

El tercer esposo de Monroe fue el escritor y ganador del premio Pulitzer, Arthur Miller. Se casaron en 1956 y se divorciaron en 1961. 

Tuvo un romance de 10 años con el actor Tony Curtis.

Se alega que se relacionó sentimentalmente   con  los hermanos John y Robert Kennedy.

Fuente:  www.eltiempo.com

En la moda 

Ícono de la moda- La diseñadora Tommie Hernández  opina que Marilyn Monroe fue un ícono de la moda “cuya influencia aún está presente,  a pesar de haber fallecido hace 50 años”.

Sensual-  “Esta sensual mujer, que creía que los diamantes son el mejor amigo de una mujer, conocía sus virtudes y defectos”, afirma la experta en moda y añade que en una época en donde “las cirugías plásticas y el Photoshop  no estaban de moda, lograba lucir bella y sexi en todo momento”.

Básica- Según la diseñadora,   Monroe “conocía su cuerpo y no tenía miedo de mostrar sus atributos”. “Se concentraba en ella más que en la ropa. Marilyn evitaba estampados llamativos que pudieran distraer su belleza.  Por el contrario, vestía de  colores sobrios como el marrón, beige, negro y, sobre todo,  el blanco, por el cual muchos la recordamos”.   

La experta en modas añade que, incluso, su joyería consistía mayormente en diamantes y evitaba las prendas coloridas que contrastaran con su piel  blanca  y su cabello platinado.   

Entallada-  “En cuanto al entalle de su ropa, Marilyn procuraba marcar su silueta en todo momento, en específico,  la parte superior de su cuerpo. Utilizaba faldas campanas, como el  famoso vestido halter (blanco) de  la película The Seven Year Itch. También (vestía) faldas tubo como la que utilizó para su boda con Joe DiMaggio”, indica Hernández  y agrega que  sus diseñadores favoritos eran Emilio Pucci y Chanel.  

Labios rojo pasión-   La diseñadora indica  que  su maquillaje consistía principalmente en lápiz labial rojo, complementado con pestañas postizas y delineador  para agrandar el tamaño de los ojos.  

Rubia platino-  “Su cabello era rizado con rolos grandes que le daban ese toque de suavidad, estilo reina de belleza.  Por muchos años mantuvo su cabello rubio, recordada mayormente por el platinado”, destaca la experta.

Para citas con la diseñadora de modas Tommie Hernández, escribe a www.tommiehernandez.com o llama al 787-539-7717.