Durante mucho tiempo fueron consideradas un defecto y de hecho las mujeres usaban todo lo que tenían a la mano para ocultarlas. Sin embargo, hoy las famosas pecas están a la cabeza de lo que a tendencias en belleza se refiere.

Conocidas en la terminología médica como efélides, las pecas son acumulaciones anormales de pigmento, que por lo general aparecen en las pieles tipo 1, es decir, en las personas que tienen tez blanca o cabello pelirrojo.

Comúnmente, las pecas se presentan en zonas expuestas -como la cara, el escote, las manos y los antebrazos-, y tienden a intensificar su color durante el verano como efecto de la radiación solar y a bajar su tono en el invierno. 

Un dato interesante respecto a las efélides es que las personas que las presentan no nacen con ellas, sino que aparecen durante la niñez y con el tiempo se van atenuando. Eso sí, a quienes no le agradan desde el punto de vista estético, pueden borrarlas con cremas o procedimientos como el "peeling" o láser.

Sin embargo, hoy la tendencia es totalmente lo contrario y las mujeres sí quieren tener pecas, ya que evocan la juventud y lo natural. Es por esto que -aunque parezca insólito- se las están tatuando.

Se dice que el "freckling", como ha sido denominada la moda, fue iniciado por Gabrielle Rainbow, una tatuadora cosmética de Montreal, Canadá. "Las comencé a hacer luego de que mi mejor amiga se aburriera de dibujarse las pecas con un lápiz de maquillaje", ha explicado.

En este sentido, Gabrielle señala que la típica clienta es aquella a la que le aparecen pecas en el verano producto de la exposición solar, pero quiere tenerlas durante todo el año.

Se trata de tatuajes semi permanentes, que se realizan en sesiones de una hora de duración y que duran alrededor de tres años. Como todo tatuaje, se ven un poco inflamadas y oscuras inmediatamente después de realizado el procedimiento, pero en un par de meses se suavizan y se ven muy naturales. 

"Se desvanecen naturalmente con el tiempo", ha dicho Gabrielle.

Tener pecas artificiales tiene un costo de 250 dólares (unos 160 mil pesos) y aunque son semi permanentes, Gabrielle aconseja tener precaución a la hora de elegir al tatuador. "Es el rostro y hay riesgos", advierte.