Sinfonía de sabores

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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Llámalo Carli Café Concierto o Cali’s Fine Dining & Jazz. De cualquier modo, este acogedor lugar te recibirá con los brazos abiertos y con un menú estupendo. Y es que en este simpático restaurante y piano bar -ubicado en los bajos del Banco Popular, en el Viejo San Juan- el ambiente diferente, la comida sabrosa y el buen servicio son una prioridad.
Claro que, uno podría pensar que es más que obvio que si se quiere tener al público contento, una atención esmerada y una comida de calidad son requisitos indispensables de cualquier restaurante. Pero, para Carli Muñoz -propietario, junto con su esposa Katira, de este negocio-, servirles lo mejor a sus clientes no es una obligación, sino un gusto.
El ambiente
Si tus recuerdos más gratos de unas vacaciones en Nueva York incluyen veladas en algunos de los hot spots más concurridos de Manhattan, en Carli’s estarás en tu ambiente. Es más, puede que casi sientas que el Central Park está al otro lado de la puerta. De hecho, para entrar al establecimiento, hay que pasar por una amplia terraza al aire libre -que acomoda a unas 30 personas-, ideal para una linda velada bajo las estrellas.
Una vez dentro del negocio, una plétora de fotos en blanco y negro nos asalta la vista. Éstas evidencian, entre otras cosas, el exitoso derrotero artístico de Muñoz, quien es un reconocido pianista que, incluso, laboró durante años con el grupo musical The Beachboys.
Por consiguiente, uno tampoco puede evitar reparar en el enorme piano de cola, que el propio Carli toca todas las noches, a partir de las 8:00 p.m. Este noble instrumento, junto a otros, ocupa todo el fondo del salón comedor, que, dicho sea de paso, consta de un solo ambiente, con espacio para unos 28 comensales.
Por último, notable también resulta la barra, que, aunque no demasiado grande, invita a compartir.
En fin, todo aquí, desde el estilo de las cortinas hasta la disposición de las mesas -con su mantelería en blanco y negro-, pasando por el estampado de los bancos adosados a las paredes, se conjuga para hacer de la estadía una memorable. Para completar, el profesionalismo del jefe de meseros, Luis Garay -cuyo lema es: “Estamos para complacer”-, y el bartender, Fausto Molina -aclamado dentro y fuera de la Isla- hacen que el cliente se sienta como la persona más importante del mundo.
El menú
La carta de Carli’s -internacional con toques caribeños- es breve, pero sustanciosa, con un poquito de todo para todos. Y, a pesar de que en cada instancia que puede, Muñoz les da su debido crédito a las personas que desarrollaron tal o cual platillo, su toque personal es inconfundible en muchos de ellos.
Entre los aperitivos ($9 a $14), figuran unos ricos mejillones de Nueva Zelanda -en una fina reducción de vino blanco con crema de azafrán-, que nos gustaron mucho. También, probamos unos aros de calamar empanados con plátano y bañados con una salsita estilo oriental, a base de miso, con un ligero toque ahumado. Estos calamares no fueron nuestro platillo favorito, pero la salsa sí nos gustó.
Ahora bien, los aperitivos que nos fascinaron fueron las tortas de cangrejo -servidas con una mayonesa ligeramente picante- y la “oruga” de plátano maduro. Las tortas estaban crujientes por fuera y mojaditas por dentro, y estaban repletas de carne de cangrejo. La “oruga”, por su parte, era nada menos que un amarillo coronado con una espuma de camarones y vieiras (scallops). Este último costaba $10, pero, a nuestro entender, bien los valía. Con arroz blanco por el lado hubiera sido un sabroso almuerzo.
El menú también incluye ensaladas ($8 a $12) y sopas (hasta $13), incluyendo la del día. Pero, los fuertes de la casa son los platos principales ($16 a $34) y los risottos. De aquí, saboreamos unas suculentas chuletas de cordero de Nueva Zelanda con romero, bañadas con un demi glace y servidas con un majado de papa y vegetales frescos a la plancha. Las nuestras llegaron en su punto perfecto de cocción y no podían haber estado más sabrosas.
En cuanto al risotto, probamos el de camarones y azafrán. Según Carli nos contó, ellos prefieren hacerlo al estilo del norte de Italia, que es un poco más granoso que lo que estamos acostumbrados. Desde luego, a nosotros nos supo divino.
De postres ($7 a $9), el restaurante ofrece un rico crème brulée de vainilla, coco o Grand Marnier; tarta de pera o de melocotón; y mousse de chocolate con menta fresca.
Toda la cena estuvo debidamente acompañada con los estupendos cocteles que nos preparó Fausto Molina. El primero fue un mojito ($9). A éste le siguió el Carli’s Original Sin ($8), una magnífica combinación de ron, jugo de parcha y granadina. Otro rico trago de la casa fue el Maverick ($10), una combinación de ron con especias, yerbabuena y pulpa de mangó. Éste, junto con el Carli’s Orgasm -una mezcla de cordiales con crema y mantecado de vainilla- sirven como dulces finales para la comida.
Por último, debemos mencionar la carta de vinos de la casa con vinos blancos, tintos y espumosos de Carlifornia, Italia, España, Portugal, Francia, Australia, Chile, Argentina y Alemania.
Nuestra experiencia
Decidimos visitar Carli’s un jueves alrededor de las seis de la tarde, cuando ya la gente empezaba a llegar a San Juan. A pesar de que el restaurante no tiene estacionamiento ni valet parking, como queda bien cerquita de los dos principales estacionamientos multipisos de San Juan, aparcar fue fácil.
En cuanto entramos, Luis Garay nos recibió con suma amabilidad y nos dirigió a nuestra mesa, donde, prontamente, nos trajeron agua y nos ofrecieron de beber. En todo momento el personal de servicio estuvo pendiente de nosotros, pero sin atosigarnos. Y a medida que ordenábamos, los platos fueron llegando bien y a tiempo, a la vez que el servicio de mesa se mantuvo notablemente ágil y sumamente pulcro. Esto, por supuesto, nos complació enormemente.
Detalles
Carli’s Fine Jazz & Dining está localizado en la calle Recinto Sur, esquina calle San Justo, en los bajos del Banco Popular, en el Viejo San Juan. El teléfono es el 787-725-4927. El restaurante abre de lunes a viernes, a las 3:30 p.m., y los sábados a las 12 del mediodía. La hora de cierre depende del flujo de la clientela. Los domingos permanece cerrado.
Por último, a los amantes de la música de jazz les complacerá saber que los CD con la música de Carli Muñoz están a la venta en el restaurante.
Calificaciones
Ambiente 4 manzanas
Calidad 4 manzanas
Presentación 4 manzanas
Servicio 5 manzanas
Accesibilidad 3 manzanas
Estacionamiento 1 manzana