En el 2003, Danny Huynh llegó a Puerto Rico con muchos sueños y poco dinero. Actualmente, tiene tres negocios que ofrecen servicios de pedicura, manicura y peluquería, y su propia línea de productos de belleza.

“Nunca fui a pedir ayuda al Gobierno, tarjeta de salud, ni cupones. Abrí mi negocio en Mayagüez con 3,000 dólares que mi papá me prestó. Tuve que vivir atrás del negocio porque no tenía chavos para alquilar un apartamento”, recordó. “Mi vida estaba difícil, pero mi punto es que si una persona quiere trabajar, todo el mundo tiene una oportunidad”, aseguró Huynh.

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“Después, inventé mi producto y crecí profesionalmente. Hice mi negocio (Nails & Beauty) más grande y mi propósito para el futuro es inventar más productos buenos en el área de belleza en general”, sostuvo el comerciante.

Huynh es solo un ejemplo del laborioso carácter de los nacidos en Vietnam, un país de la península Indochina en el sudeste asiático. Muchos vietnamitas han arribado a la Isla para dedicarse a la industria de las manicuras y las pedicuras en negocios que han resistido los embates de la economía.

Parecen sentirse cómodos aquí, sobre todo por el clima tropical y la hospitalidad boricua.

Según Charlie Vo –propietario de Expo Nails, en Galería Paseos, en Río Piedras–, California es el hogar de las manicuras y las pedicuras vietnamitas. “Allí fue donde comenzó el boom en el 1975. Solo unas pocas personas (las hacían) y, ahora, muchas personas alrededor del mundo las están haciendo. Este negocio fue creado por los vietnamitas”, acotó. “Normalmente, este negocio se aprende mirando. Siempre hay ciertos trucos que la escuela no puede enseñarte”, agregó.

Se sienten como en casa

Huynh nació en el sur de Vietnam y, cuando era adolescente, se trasladó a Pensilvania, Estados Unidos. “Yo vine en una vacación en agosto del 2012 y me gustó el clima y el ambiente. Después, me mudé”, recordó el empresario, quien describió a los boricuas como gente buena, que acepta a los extranjeros y que les gusta ayudar. “Les gusta trabajar, pero trabajan un horario básico de ocho horas; les gusta tener los domingos libres para ir a la iglesia o para las actividades en casa”, opinó el empresario.

Henri Hwynh –dueño de Saigon Nails, en el Paseo de Diego, en Río Piedras– también llegó a la Isla como turista. “Vine de California, pero originalmente, provengo de Vietnam”, agregó. “Tengo dos negocios en el Paseo de Diego. Tengo a mi familia aquí, a mi esposa y a mis hijos. Ambos nacieron en Puerto Rico”, explicó Hwynh.

Por su parte, Vo se mudó a los Estados Unidos cuando tenía 17 años de edad y vivió en Virginia, California, Texas y Connecticut. Hace dos años llegó a Puerto Rico para hacerse cargo del negocio de su hermana, Kathy.

El propietario de Expo Nails opina que Vietnam y Puerto Rico tienen mucho en común. “Nosotros tenemos culturas similares. Puedo ver personas aquí, tres generaciones, dos generaciones, que viven bajo un mismo techo. Es exactamente lo mismo en Vietnam, incluso, el clima es similar”, describió. “Puerto Rico, para mí, es como un Vietnam en pequeña escala. En Vietnam tenemos yuca y mucha comida similar, incluso, tenemos cocos”, expuso.

Socialización e idioma

Huynh domina muy bien el español y lo aprendió con clientes; Hwynh lo habla con dificultad y a Vo se le ha hecho muy difícil aprenderlo.

Por otro lado, Hwynh explicó que el inglés es su segunda lengua, no el español. La primera es el vietnamita. “La mayoría del tiempo trato de aprender el español con mis clientes”, explicó.

Vo, por su parte, expuso que mientras más se practica un idioma, mejor se aprende. “Yo llegué hace dos años y no he aprendido mucho. La mayoría de las personas aquí hablan muy rápido y no puedo entender nada”, comentó.

Huynh opinó que la comunidad vietnamita radicada en la Isla no debe superar las 70 personas y que él conoce a la mayoría y se mantiene en comunicación con sus compatriotas. “A los vietnamitas no les gusta mucho los clubs de jangueo, pero en ocasiones, tenemos actividades en las casas de los otros, cocinamos y cantamos karaoke”, describió y añadió que también le gusta ir a restaurantes cerca de la playa.

Además, Huynh tiene una compañera sentimental boricua, con la que tiene un hijo. El vietnamita confesó que, al principio, fue difícil acostumbrarse a vivir con una persona con una cultura distinta a la de él. “Nosotros aprendemos juntos. Ella también es cristiana. Tenemos a Dios en nuestra vida. Siempre tenemos solución para cualquier problema”, aclaró.

A Hwynh le gusta la playa. “Es bella la playa aquí, especialmente, en el fin de semana”, describió y agregó que también se reúne con sus paisanos cuando puede. “A veces nos reunimos y hablamos de la cultura, de los negocios”, expuso.

Vo, por su parte, comparte que los vietnamitas tratan de mantener aquí sus tradiciones en la medida en que pueden. “Nosotros tenemos mercados orientales y así podemos cocinar la comida tradicional vietnamita”, explicó.

Problemas sociales y económicos

Mientras que Huynh y Vo tienen planes de quedarse en la Isla, los problemas sociales y económicos que enfrenta el país han logrado que Hwynh esté considerando irse de aquí.

“Los vietnamitas se están marchando para los Estados Unidos”, advirtió. “Yo viajo a diferentes áreas y diferentes negocios de amigos míos se están mudando. Ellos empaquetan sus pertenencias y están dejando la Isla por la criminalidad y la violencia”, sentenció. Es por eso que la mayoría de sus empleados son boricuas, cuando hace unos años eran vietnamitas. 

“No he tomado la decisión todavía (de irme). Estoy tratando de buscar qué lugar es mejor para mi familia. Estoy pensándolo”, expuso Hwynh.

La población de empleados vietnamitas de Vo también ha disminuido, pero por otra razón. “Ahora mismo es difícil contratar a vietnamitas porque vienen aquí y hay que proveerles un lugar para vivir al principio”, señaló y agregó que no puede costear dicho hospedaje por la caída de la economía. “No es como antes. Es duro. Estamos tratando de hacer lo mejor para sobrevivir”, destacó. 

Hwynh opinó lo mismo. “Los pequeños negocios están en problemas ahora mismo. Estamos tratando de sobrevivir. Mira los precios. Estoy tratando de tener unos precios para mantener a la gente contenta. No estoy haciendo dinero, honestamente”, afirmó. “Esto está pasando alrededor de toda la Isla. He visitado negocios de diferentes amigos aquí y todos están preocupados por la misma razón”, concluyó.