Seamos realistas, todas las parejas tienen sus diferencias. Contrario a lo que se podría pensar, las discusiones y diferencias son una parte importante de la relación y son más positivas que negativas, siempre y cuando no se conviertan en habituales. 

La psicóloga Patricia Ortiz explica que una relación saludable no se logra evadiendo los conflictos, pues ello significaría una negación y acumulación de las diferencias en la pareja,  lo que en un futuro podría provocar el fin de la relación. 

“Todos los seres humanos somos distintos y es por ello que siempre que haya dos personas o más juntas, habrá opiniones que no se compartan o distintas maneras de ver las cosas”, menciona Ortiz, al añadir que lo importante será aprender a comunicar esas diferencias de la manera correcta, de forma que los conflictos en lugar de separar la pareja la unan. 

“Es bien sabido que cuando las emociones se acumulan, son un peligro, pues tarde o temprano explotan, y entre más se acumulen, peor será la explosión. Por eso, lo importante es no dejar acumular nada y tener la confianza de poder hablar lo que le moleste a cada cual, dejar salir ese coraje y discutir de una manera sana, sin faltarse el respeto y manteniendo el orden”. 

La también motivadora brindó algunos consejos que debes tener presentes para que la discusión sea llevadera y de respeto: 

Escucha a tu pareja. Uno de los problemas en los conflictos de pareja es que no escuchamos al otro y solo estamos esperando una pausa para defendernos y decir lo que queremos. Al escuchar a tu pareja, puedes ponerte en su lugar y entender lo que está fallando entre ambos. 

¿Tienes la razón? Cuando discutimos, se nos hace difícil aceptar que no tenemos la razón. No tiene nada de malo reconocer que la razón no siempre está de tu lado. Una vez lo aceptes, te sentirás más tranquila contigo misma.

Respeta la opinión de tu pareja. Es muy difícil, por no decir imposible, que piensen igual en todos y cada uno de los asuntos. Lo importante es aprender a respetar que tu pareja no necesariamente piensa igual que tú y que ello no significa que alguno esté equivocado.  

No insultes. Los insultos son a menudo la falta de respeto más grave dentro de las discusiones. A menudo, el coraje nos ciega y nos hace decir cosas de las que luego nos arrepentimos. No caigas en esa trampa e intenta analizar cada una de las cosas que dirás. 

Aprende a olvidar. No agraves las cosas, no hay necesidad de traer el tema de una discusión previa a la actual. Aprende a dejarlo atrás y no continúes sacándolo a relucir.