Tu trasero necesita entrenamiento, dice Christian Grey.La inocente Anastasia Steele pregunta: ¿Entrenamiento?. Oh, sí. Una cuidadosa preparación. El sexo anal puede ser muy placentero, créeme. Pero si lo intentamos y no te gusta, no tendremos que hacerlo de nuevo, comenta el protagonista del best seller del momento, Cincuenta sombras de Grey, libro que inaugura la era de la literatura porno mamá y cuya trama gira en torno a las experiencias sadomasoquistas con las que un millonario somete a su joven e inexperta pareja.

La novela, escrita hace dos años por la británica E.L. James y con escenario principal en Seattle, es sólo la primera entrega de una trilogía que describe la relación entre una recién graduada universitaria y un joven empresario, y en cuyas páginas sobran escenas explícitamente eróticas con actos que involucran bondage, dominación, sumisión, sadismo y masoquismo.

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Pero detrás de este libro que algunos críticos tildan de lectura aburrida se oculta un elemento que atrae a los expertos: las fantasías sexuales, las que a decir del psiquiatra Juan Luis Hernández todos tenemos derecho a usar cuando disfrutamos con la pareja habitual o con desconocidos. Las fantasías son necesarias para el sexo. Si en algo se diferencia la sexualidad humana de la animal es en la capacidad de fantasear y llevar a la cama los juegos, objetos, elementos imaginados o reales, donde caben otras personas u objetos eróticos que amplían el placer.

El asunto está cuando las personas involucradas en el acto sexual imitan sin éxito los impulsos de Anastasia. De esta forma, algunas mujeres empiezan a sentir ansias por comportarse como la joven universitaria y a obsesionarse con la transformación sexual con su pareja. Incluso esperan que la excitación se produzca con sólo ver o tener contacto mínimo con el hombre, como le ocurre Anastasia, que siente que los escalofríos recorren todo su cuerpo cuando saluda de mano a Christian Grey.

No quiere decir que los multiorgasmos femeninos no existan, pero hay que subrayar que sólo se da en un 7% de todas las mujeres del mundo, indica Hernández. Advierte que los gemidos de Anastasia podrían desencadenar una falsa esperanza ante el erotismo exagerado. Los expertos señalan que Cincuenta sombras de Grey es sólo literatura y que es la mujer quien debe conocerse a sí misma para poder llegar a los orgasmos. La masturbación, el conocimiento y la exploración de las zonas erógenas le ayudarán a conectar con las partes de su cuerpo que estimulan más su placer.

Eso sí, la mujer debe ser protagonista activa de su sexualidad y no esperar que sea el hombre el responsable de sus orgasmos y que la penetración sea la única forma de obtener placer.