Todo comenzó con una llamada telefónica de Puerto Rico a Nueva York que le hizo su madre, Julia Rodríguez, a Bettina Mercado, quien se encontraba en La Gran Manzana trabajando como actriz. 

Julia y su esposo, Victor Mercado,   estaban a punto de retirarse del negocio que habían forjado y que, por los últimos 35 años,  se había enfocado en la distribución de esmaltes de uñas. Para ese entonces estaban dispuestos a venderlo si uno de sus hijos no se encargaba de liderarlo.

Pese a que Bettina desconocía como administrar una empresa, ella aceptó el reto y decidió  regresar a la Isla y emprender un nuevo camino como  presidenta de Bettina Cosmetics.

Aunque la también madre relata que el cambio fue drástico, el mundo del empresarismo la cautivó como ella jamás se imaginaría. “Para mi sorpresa, el negocio me atrapó. Me convirtió en otra persona. Me cambió el rumbo de mi vida y empecé a ver toda la belleza que esto contenía y todo lo que podía hacer todavía”, dijo la Lola de esta semana y  quien se adentró en el negocio en el 2001.

Con la ayuda de su madre y de su equipo de trabajo, a quien ella describe como uno fabuloso, Bettina Cosmetics siguió abriéndose paso en el mercado de la belleza en Isla.

Actualmente, la empresa es  “una marca completa de cosméticos única y diseñada en Puerto Rico”, indicó Mercado. Esta  incluye mascaras, polvos compactos, bases y otros productos.

También, Bettina tiene la meta clara de exportar la marca y dar a conocer el producto local.

Inspirada a dar 

 Ante la trayectoria de éxito, la empresaria   entendió que este  desenlace positivo ha sido posible no solo por el arduo trabajo, sino por  apoyo del público y de personas que creyeron en ella y decidieron darle una mano.

“En un momento dije: 'wow, todo esto que esta gente hizo por mí, tengo que dárselo a otra persona y compartirlo con otros más'. Así que empecé a ver la posibilidad de que yo empezara a separar un poco lo que era mi tiempo de negocio del tiempo de devolver a mi sociedad y a mi país o a otras personas que tuvieran necesidad”, abundó. 

Así es como Bettina se unió a un viaje que tenía  su esposo, José Vega, mejor conocido por su personaje del Payaso Remi, para ayudar a los menos afortunados.  De la  travesía, ella llegó transformada y lista para contribuir con los que están en desventaja. 

De esta decisión  nace la Fundación Remi,   para  proveer ayuda a niños con necesidades. “El éxito viene muy bien a una persona, pero no se multiplica si tú no repartes a otros de lo que tú tienes. Yo pienso que de eso se trata la bendición, mientras más das, más vas a recibir”, concluyó.