Mujer: date permiso para enfermarte, descansar, alejarte, relajarte, recargar baterías… sin sentirte culpable.

Son muchas las que pasan por esta situación, y la actriz Karla Monroig es una de ellas. Así lo compartió en su cuenta de Instagram, con un comentario en el que invita a darse permiso para hacer un alto al ajetreo diario, sobre todo cuando no nos sentimos bien. 

“¡Y por fin me pude arreglar un poco para salir! It’s ok to not be ok. Qué mucho nos cuesta ponerle un alto a nuestra ajetreada vida cuando no nos sentimos bien de salud. Insistimos en querer cumplir con los compromisos, la rutina, la familia, el trabajo, los amigos, todo menos uno”, escribió.

“No sé si les ha pasado pero he llegado a sentirme culpable por quedarme en casa o, peor aún, recostarme a tomar una siesta porque la energía no da. No importa si es un simple catarro o es una condición más complicada y/o delicada hay que darse ‘permiso’ para hacer un alto y escuchar las señales de nuestro cuerpo. Pedir ayuda a amigos, familia o vecinos en momentos vulnerables es buena opción. Al menos por unos minutos o unas horas en lo que se recuperan fuerzas. Muchas mamás podrán sentirse identificadas pues sentimos la presión de nuestras responsabilidades con los hijos, etcétera. Quitémonos eso de ‘las mamás no podemos enfermarnos’. La realidad es que sí. Nos pasa. Y nos toca pedir ayuda, o enseñarle a nuestros hijos a ayudar mientras mamá recupera, buscar opciones. Tristemente no todas las mujeres cuentan con una pareja, amigos o familiares cerca. Mis respetos a todas las guerreras que en este momento luchan con alguna condición de salud y se sienten solas. ¡Tu salud primero mujer!”, compartió.

Precisamente, así lo aconseja la sicóloga clínica Thalia Cuadrado, en un reportaje publicado recientemente. “Es de suma importancia que la mujer pueda decir cuál es su necesidad intelectual o física y poder realizarla sin tener que justificarse o sentirse culpable por ello”. Más aún, de acuerdo con la experta, la mujer tiene que comenzar por cambiar “sus paradigmas mentales” para dejar de justificar su existencia.

“La mujer siempre ha tenido que estar justificando su existencia al estar ‘haciendo’ algo por los demás -por su marido, por sus hijos, por su trabajo, cocinando, limpiando, cuidando-, pero ha llegado el momento de que ella decida que también va a hacer algo por sí misma como sentarse a leer, ir al cine, caminar o hacer ejercicios y no tener que explicar el porqué de sus actos ni sentirse culpable luego”, asegura Cuadrado.