El arte, además de educar y de entretener, es un medio sanador para las personas, ya sea para el espectador o para el creador de la obra. Gisela Camacho Pérez es un vivo ejemplo de cómo el arte le ha ayudado en su proceso de sanación y cómo le ha permitido conocer su lado creativo.

Los temblores ocurridos en el sur de la Isla hace más de un año y medio, y la pandemia de COVID-19 afectaron emocionalmente a la madre de 51 años. Fue entonces cuando una amiga le recomendó un taller de sanación que ofreció Jaqueline Pierluisi en el Centro Cultural de Ponce, en noviembre de 2020.

“Un tiempo que estuve un poco triste, pero en base a esto me siento mucho más fuerte y más creyente en mí, que eso es lo más importante”, dijo la yaucana.

En Camacho se despertó ese lado creativo que jamás imaginó tener. Motivada con lo que aprendió durante el taller de cinco cursos, de los cuales solo asistió a tres, la madre continuó educándose y practicando a través de vídeos en la Internet, pues como no debía salir de la casa por motivos del coronavirus, aprovechaba ese tiempo para practicar.

La madre de dos jóvenes nunca se había dedicado a dibujar, ni imaginaba contar con el talento para crear las imágenes que realiza hoy día. Sus hijos y padres la veían cada vez más motivada y entregada a mejorar sus técnicas.

En abril, decidió tomar otro curso de dibujo que ofreció el Instituto IAWE en Guánica, donde aprendió otras técnicas para continuar desarrollándose en este arte.

“Es una emoción bien grande. Me siento bien satisfecha, muy contenta, porque ha sido algo de gran beneficio para mí misma. Me ayuda mentalmente y físicamente”, comentó la mujer.

La yaucana, que suele enfocarse en dibujar la naturaleza, a la mujer, los Reyes Magos y diferentes edificios yaucanos, en menos de un año ha creado más de 20 obras de arte y las ha exhibido en siete exposiciones entre los pueblos de Yauco y Guánica.

“Da la casualidad que para la pandemia tengo un compañero que estudiamos en la vocacional, que siempre hemos mantenido una amistad. En la pandemia él ponía en Facebook sus fotos (de dibujos) en colores y yo ponía las mías en blanco y negro. Entonces, él me dijo que si en algún momento lo llegan a llamar a exhibir su exposición me iba a llamar. Así mismo pasó”, contó la artista con emoción.

A través de su página privada en Facebook, la mujer publica todos sus dibujos para que sus seguidores vean cómo ha ido evolucionando su trabajo. La yaucana realiza los dibujos que aún no están en venta, pues todavía no se siente lista para vender su arte. Por el momento, solo los exhibe y prepara algunos para personas en específico.

La “nueva” Gisela se siente más preparada a nivel personal. Esta faceta de su vida le ha permitido sentirse empoderada. El dibujo le dio una nueva versión a su vida, y sus hijos, padres y vecinos la han apoyado en todo el proceso.

Nunca imaginó que en su pueblo, que ahora se distingue por el arte muralista, estaría inmersa en el mundo de la creación artística a través de sus dibujos, mucho menos que lo haría en menos de un año.

“Siempre se tiene que creer en uno mismo, eso es importante. Ser positivo, abrirse a lo que te guste, porque hay muchas cosas que uno puede encontrar. Si les gusta el arte, que lo hagan y practiquen”, aconsejó la mujer a todas aquellas personas que sientan el llamado al arte.

Quienes han visto sus dibujos quedan impresionados al conocer el poco tiempo que Gisela lleva dedicándose a dibujar. Pero ella desea evolucionar poco a poco a través de la práctica y el conocimiento, y disfrutar del proceso que le dio otra dimensión a su vida.