"Me fascina sonreir y amo la vida"
La más grande de las sonrisas y la mejor de las actitudes han sido la clave para que Griselle Pérez se lance sin miedo a los retos que la vida le presenta.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Una alegría que salta a la vista, una personalidad que encanta y una sonrisa que no cesa es la terapia que utiliza nuestra Lola de portada para olvidarse de la depresión y los golpes fuertes de la vida.
Griselle Pérez se aferró a Dios para sobrellevar una depresión causada por su divorcio que, según cuenta, la llevó a sentir la muerte de cerca. Es por ello que hoy siente que tiene una segunda oportunidad de vida, la cual recibe con los brazos abiertos.
“Una depresión duele, y está lejos de ser una changuería, como muchos piensan”, cuenta Griselle al añadir que “es traumático ver como tu cuerpo se expresa con ataques de ansiedad, taquicardia, descontrol del azúcar, y que cada vez que ingieras un alimento o intentes eliminarlo sientas un calentón que sube de tus pies a la cabeza que se vuelve costumbre”.
Griselle, como toda una guerrera, pudo vencer esa depresión que tanto sufrimiento trajo a su vida. Hoy, no esconde su sonrisa al agradecer a Dios, su padre, madre, doctores y demás familiares por creer en ella y ayudarla a salir adelante.
Atrás había quedado la depresión cuando la vida le lanzó otra dura prueba a nuestra Lola, su madre, uno de sus pilares y figura protagónica en su recuperación, falleció luego de 10 meses de su intensa batalla con una enfermedad pulmonar.
“Duele perder una madre, pero fue una experiencia para mí y toda mi familia. En un momento tan difícil como ese pude ser fuerte y ser el soporte de mi familia. Dios hizo su voluntad, pero queda una familia y una vida, por la cual hay que luchar”, comparte Griselle, quien además se describe como una Lola sociable que le encanta pasar tiempo con su familia y bailar hasta con su gato.
Esta Lola tiene claro que una buena actitud ante las situaciones son la clave para poderlas sobrellevar y asegura que, “mi sonrisa y mi sentido de la vida puede hacer cambiar un rostro triste y decepcionado”.