“Todo pasó muy rápido. Nos veíamos cada semana y cuando anunciaron la cuarentena, no nos vimos más. Así, de repente. Ahora nos extrañamos, hablamos todos los días, pero no sé si la lejanía y la incertidumbre maten la relación”, cuenta Sandra, de 33 años.

Ella trabaja ahora desde su casa y su pareja, Pedro, está en otra ciudad desde marzo, cuando decretaron la medida de aislamiento preventivo obligatorio. Tienen una relación desde el 2018, pero los dos sienten que la distancia empieza a hacer mella.

Mateo, de 28 años, y Jenifer, de 26, y quienes llevan tres años de relación, enfrentan una situación similar. “Ya habíamos tenido un tiempo en el que no nos habíamos visto, pero nunca así. Ahora, nuestra rutina es hablar por teléfono o hacer videollamada cuando podamos”, dice Mateo.

Como ellos, millones de parejas en todo el mundo -especialmente jóvenes- se han visto obligadas a separarse: por vivir en casas diferentes, por acompañar y cuidar a sus padres, etc. Y el hecho es que la mayoría no sabe muy bien cómo manejar esta situación.

El siquiatra Rodrigo Córdoba explica que la inquietud es normal si se tiene en cuenta que “nadie sabe qué pasará con este momento de la historia y la posibilidad de que esta crisis se extienda durante meses es latente, lo que dificulta hacer planes a largo plazo de cualquier tipo”.

“Eso -añade- genera sentimientos de frustración, desasosiego e incertidumbre. En algunos aumenta el nivel de ansiedad y en otros, aunque es la excepción, aparece una sensación de alivio. Pero lo que termina generalmente dándose es una sensación de ausencia y de vacío”.

Ahora, la situación actual no afecta a todas las parejas de la misma forma. María Alexis Martínez, sicóloga clínica y docente de la Universidad de los Andes, explica que una relación de longeva, que tiene canales claros de comunicación y una dinámica sólida, puede sufrir menos con la distancia. Incluso, anota, “esto podría darles un aire”.

Muy diferente es el panorama que enfrentan las parejas que están en una etapa inicial del romance o en una fase previa a irse a vivir juntos, pues en estas fases “lo más interesante es pasar tiempo juntos, hacer cosas juntos. Y es claro que este tipo de relaciones corren el riesgo de enfriarse con la distancia”, explica Martínez.

¿Cómo asumir esta nueva forma de vida y de relación? No hay una respuesta única. La mejor manera para combatir la incertidumbre, dicen los sicólogos, es anclarse al presente. Es una herramienta poderosa para evitar la ansiedad, teniendo en cuenta que no está claro cuándo podremos ir de nuevo a un restaurante, a un concierto, al cine o a cualquier evento que entre en la categoría de citas románticas.

Consejos

A distancia, las parejas pueden escucharse y conocerse mejor. Pueden tener más información de los gustos e intereses del otro, pero también, “generar conversaciones que van más allá de los clásicos ‘cómo estás’ y ‘qué hiciste hoy’. De hecho, puede ser una oportunidad para fortalecer la comunicación y generar una interacción en profundidad”, dice la sicóloga María Alexis Martínez.

Honestidad

La clave, agrega, es hablar con claridad, decirse cómo se van sintiendo. El reconocimiento de las dificultades puede ayudar a encontrar soluciones que permitan darle la vuelta a los retos de esta situación.

Redes sociales

Echar mano de estas aplicaciones y enviarse mensajes personales, compartir vídeos cortos de lo que hacen durante algún momento del día, son otras vías para expresar afecto y, además, incentivan la interacción positiva, dice Martínez.

Otras ideas

Fijar horarios para realizar actividades al mismo tiempo, como ver una serie, cocinar y luego sentarse a comer, escuchar música, leer el mismo libro y luego discutirlo.

“Todos estos detalles mantienen el clima de conquista”, agrega Martínez. Y el siquiatra Córdoba coincide en que este es un momento que exige que seamos muy “creativos”.