Un atuendo memorable para un momento inolvidable.

La diseñadora de moda Shakira Marie Soto Rosado disfruta en sus creaciones para recién nacidos formar parte de una experiencia irrepetible en la llegada de todo bebé. Sus diseños se centran en la tradición de engalanar a la criatura para el momento de su primera salida del hospital.

Lo que comenzó en 2017 como un regalo para una amiga y su pequeña, dio paso a un público interesado en adquirir piezas similares, luego de que Shakira Marie compartiera las imágenes en sus redes sociales. Para entonces, llevaba varios años en los que solo diseñaba vestidos para público adulto para ocasiones especiales como proms o fiestas, mientras trabajaba a tiempo completo como merchandising coordinator en un centro comercial en Ponce, su pueblo natal.

“Nunca había creado ninguna pieza para un bebé como tal. No es tan sencillo conseguir los patrones”, sostuvo la empresaria, quien en la actualidad cuenta con su página de ventas online shakiramarie.com. “Yo logré hacer el patrón dejándome llevar por medidas bastante básicas y los estándares como tal, y fue cuando salió el primer patrón del primer vestido”, rememoró con nostalgia sobre el traje off white con encajes que realizó, con su banda en combinación.

“Lo subí a todas mis redes sociales, pero no le presté la atención necesaria porque era un mercado que no conocía”. Para su sorpresa, las peticiones comenzaron a llegar. “Por un momento dudé de si podría ser un mercado, hasta que me puse a estudiarlo y la realidad es que hay niños naciendo todos los días”, analizó, y aclaró que, gracias a su tienda virtual, sus diseños han cruzado la frontera boricua.

“Me encanta el hecho de poder ser parte de un momento tan importante como el nacimiento de un bebé. Complacer a las madres de querer encontrar el vestido perfecto para sacar a su bebé”, resaltó. “No soy mamá y no entiendo esa emoción que ellas pueden sentir, pero la realidad es que te contagian completamente”.

Como emprendedora, la ponceña de 26 años compartió que ha enfrentado los retos de poner un negocio en marcha. El primero comenzó cuando optó por estudiar diseño de moda. Aunque la pasión por coser la conoció en su adolescencia en su clase de economía doméstica, lo cierto es que no imaginaba en la posibilidad de devengar dinero de lo que se perfilaba como un interés profesional.

“Yo iba a escoger otra carrera por los estereotipos de que se ve más como un hobby”, confesó. “Mi abuela siempre cosió. Ella era la que nos hacia los uniformes de la escuela y demás, y siempre me gustó la moda. Pero no me creía realmente capaz de llevar a cabo una pieza”.

En la adolescencia pidió de regalo una máquina de coser. “En casa la compraron, para que hiciéramos chucherías para nosotras mismas”, manifestó con ilusión sobre el recuerdo.

Al graduarse de escuela superior, estuvo a punto de iniciar estudios en otra carrera profesional. “Me matriculé para comenzar trabajo social, pero no llegué tan siquiera a comenzarlo”. El pensamiento de intentar su vocación en la moda logró pesar más.

“Fue el hecho de poder demostrar que sí se podía lograr, y aunque en un principio no surgió esta idea de que fuera a dedicarme de lleno a eso, fue el hecho de demostrar que, aunque puedes conocer personas que lo tomen como hobby, no importa lo que estudies, si te gusta de verdad y quieres hacerlo el proyecto de tu vida, lo puedes lograr”.

El proceso de aprender lo disfrutó a plenitud. “Cuando comencé, la realidad es que no sabía nada. Sabía lo básico, que era pasar tela por la máquina. Pero igual nunca me veía dibujando, haciendo diseños elaborados porque no tenía esta técnica de dibujar. Pero era algo que de igual manera fui desarrollando cuando estudié”.

La clientela ha ido en aumento. “Mi esposo tiene un coffee shop donde trabajo con él todo el día. Por la noche siempre me dedico a coser”, aclaró, y valoró que esta dinámica le crea mayor flexibilidad para dedicarse al diseño.

Aunque cuenta con diseños para varones, revela que su público principal va dirigido a vestidos para niñas. “Siempre tengo en cuenta la comodidad del bebé”, dijo. “La realidad es que todas las madres desean algo diferente para su bebé, así que intento no repetir. Cada vestido es único”, afirmó sobre las piezas para niñas, y aclaró que “puede que tenga la misma de tela, pero va a ser diferente”. Además, ya no trabaja en órdenes para crear diseños, sino que pone a la venta solo los que ella elabora.

Sobre las piezas para varones, “se puede hacer hasta tres del mismo, porque la variedad de telas puede ser un poco más limitada”. Cada set incluye jumper con gorro en combinación hechos a mano, onesie y medias”.

En cuanto a materiales, la estopilla suele ser su favorita. “Nunca utilizo la pedrería por cuestión de seguridad del bebé. Sí acostumbró utilizar telas que tengan lentejuelas porque ya son cosidas”, describió. “Para varones he usado estopilla, pero como es muy transparente, en ocasiones utilizo algodón 100%, que siento que es bastante cómodo para el bebé”. En cuanto a colores, aunque las tonalidades claras suelen ser predilectas, se muestra flexible en variar. “He hecho vestidos en color negro y a la mamá le encanta ese tipo de vestido porque sale de lo tradicional”.

En la actualidad, además de su tienda virtual, cuenta con un espacio en el centro de sonografía Pre-Vue, en San Juan, donde se exhiben sus diseños para la venta al momento.

Tener un negocio propio implica retos. Pero Shakira Marie nunca duda de que hizo la mejor elección. “Trabajar para uno mismo es supersacrificado. Siempre intento de no romantizar lo que es el emprendimiento”, manifestó. “Pero nunca imaginé que pudiera dejar mi trabajo y que pudiera comenzar a dedicarme a algo de lleno que me fuera a gustar tanto”, reflexionó con entusiasmo. “Aprendí a nunca dudar de mí, a intentarlo, a no quedarme con la duda de saber qué hubiera pasado si hubiera estudiado diseño de moda”.