Los viernes llegan  y la pregunta obligatoria de “a dónde vamos” suele trastocarse ante la criminalidad que nos azota y que irremediablemente nos obliga a ser más cautelosas y hasta a cambiar de planes.

A estas alturas, posiblemente desalojas al inicio de la madrugada el pub que tanto te gustaba, andas con un stum gum en la cartera, y antes muerta que salir de la casa sin un celular con el que –por lo menos– hacer el aguaje de que estás hablando.

¡Y ni hablar cuando andas con los nenes! Entonces, montas guardia 24/7, miras de reojo a medio mundo y ¡ay del que le busque conversación a uno de los peques!

En todos los aspectos de nuestra rutina, la seguridad personal ha tomado relevancia y las mujeres hacemos uso de nuestra capacidad intuitiva y el sentido común, talentos a los que muy bien podríamos adjudicar la más reciente estadística.  Hasta el viernes pasado, según datos de la División de Robos de la Policía en San Juan, las mujeres componen un 39% de las víctimas de robo, mientras que nuestros pares masculinos nos llevan la delantera con un 59%.

Según el teniente Ferdinan Acosta, director de la División en San Juan, estas cifras también pueden ser atribuibles al hecho de que el hombre sigue siendo el que más transita por la calle y, aunque las mujeres pudieran parecer presa fácil por la idea de que físicamente son más vulnerables, la mente criminal lo que busca es la oportunidad de atacar.

Así pues, independientemente de si estás en condición física y emocional para hacerle frente a una situación como esta, existen medidas de precaución para salir airosa. Según el experto, por ejemplo, puedes utilizar la llave del auto como manopla para defenderte o hacerte con uno de los artículos disponibles en el mercado como el pepper spray o las stum gum. De otro lado, tomar unos cursos de defensa o decidirte a sacar la licencia de portación de armas tampoco vienen mal.

“Se trata de una situación muy personal porque no todo el mundo tiene el tiempo, el dinero o el convencimiento para tomar clases de defensa personal o sacar una licencia para portar  armas, pero siempre son alternativas para andar con mayor seguridad.

Aun así, ante cualquier situación de peligro, es importantísimo apostar por tu sentido común y buen juicio.

Para cuando estas...

En la casa

Abrirles la puerta a extraños es una  práctica muy usual, especialmente porque se trata de una cordialidad muy arraigada en la cultura. Sin embargo, a menos que no hayas solicitado el servicio, confrontes problemas con los suministros  de agua o luz  –necesidades esenciales– o estés acompañada, no abras la puerta a nadie que no conozcas. En caso de estar esperando por algún servicio especial, siempre pide ver antes las credenciales.

Ejercitándote

¿Cuáles son las mejores horas para hacer ejercicio? Justamente en las horas en las que el sol se oculta (temprano en la madrugada o ya en la noche) es cuando la mente criminal sale a hacer  de las suyas. Ante una posibilidad como esta, toma precauciones; ve acompañada, llévate el celular o anda siempre con algún artículo para defenderte.

Guiando

Es inevitable; mientras nosotras aprovechamos las luces en rojo para maquillarnos o bregar con los nenes, los asaltantes las utilizan para detectar a los conductores más distraídos y sacar ventaja de “la guardia monga”. “Si el asaltante nota que estás alerta, serán muy pocas las probabilidades de que seas una víctima”.

Sola por la calle

Andar sola y en lugares oscuros y desconocidos es un “big no, no” que toda mujer debería aplicar y que más bien es parte de ese sentido común que muchas tenemos, a veces superdesarrollado. Aun así, cuando andes sola, manten una actitud llena de confianza y procura creértela; camina con  la cabeza alta, la columna recta y los hombros hacia atrás. Mirar los rostros de la gente es recomendable, ya que los perpetradores prefieren personas que van distraídas o mirando al suelo y tienden alejarse de quienes puedan identificarlos.

Utiliza el buen juicio

En esto de escuchar a nuestra vocecita interior, las mujeres somos expertas. El problema surge cuando hay más de una y la duda nubla  nuestro buen juicio “por excelencia”. En momentos como estos evalúa rápidamente si:

El atacante tiene un arma de fuego o un arma blanca.  En este caso lo conveniente es quedarte tranquila y dejar para otro momento todo lo que aprendiste en tus clases de defensa personal.

Hay Personas alrededor.  La tensión que crea el quedar al descubierto funciona como disuasivo, así que si hay personas  cerca y sabes que el atacante no porta algún tipo de arma, es momento de gritar sin parar  el nombre de alguien. La idea es que crea que vendrán a ayudarte.

¿Distracciones?  Así como un criminal se aprovecha de tus despistes, no dejes de utilizar los de él a tu favor. Aunque claro, debes estar bastante segura de tus probabilidades.

Oportunidades reales.  Contraatacar rápidamente implica, sobre todo,  también tener la capacidad de evaluar cuáles son tus probabilidades reales. De nada te servirá toda la estrategia del mundo si realmente no tienes el “break” de llegar ni a la esquina o infligirle algún daño al asaltante.