El núcleo familiar es el principal encargado de sentar las bases para que el niño o niña pueda vivir feliz y desarrollar las herramientas para superar los distintos problemas que se le presenten en el camino.

El siquiatra y autor del libro “Las raíces infantiles de la felicidad adulta”, Edward Hallowell, señala en su texto que “los niños demasiado mimados y consentidos, son más propensos a ser adolescentes aburridos, cínicos e infelices”.

Para ayudarte con este tema, el portal dedicado a la crianza, Babycenter, rescató ocho pasos indispensables que debes seguir para criar a un hijo o hija feliz:

– Aprende a leer las emociones de tus hijos. Las señales pueden ser obvias: un niño feliz sonríe, juega y se muestra curioso por aprender, mientras que un niño desdichado es más callado, no sonríe y no interactúa con otros.

Sin embargo, es necesario estar siempre atento a sus cambios de conducta, además de tener presente que el enojo “es simplemente angustia excesiva”, que ya “sobrepasó el nivel de tolerancia” de un niño.

– Divertirse juntos. Hallowell lo llama una “niñez conectada”. Esto es relacionarte con tu hijo, jugar, divertirse juntos. Si tú te estás divirtiendo, ellos también lo pasarán bien. Esta conducta habitual, además de ser muy entretenida, refuerza los lazos entre padres e hijos y construye una relación de confianza entre todos los integrantes de la familia.

– Ayúdalos a perfeccionar sus talentos. Tu hijo se beneficiará al desarrollar habilidades, descubrir qué cosas le interesan más que otras, y también al aprender de sus propios errores. Al repetir una acción o un juego, él está practicando la disciplina, la rigurosidad, el orden y la perseverancia, además de realizar su mejor esfuerzo para recibir el reconocimiento de los otros.

– Cultiva hábitos saludables. Muchas horas de sueño, ejercicio físico, mental y una dieta saludable, son elementos importantes para el bienestar de tu hijo o hija. Tener tiempo para correr, jugar y divertirse al aire libre ayudará a tu niño a manejar sus estados de ánimo, así como también le brindará un sueño más profundo y reparador.

– Deja que trate de resolver sus problemas. Hallowell asegura que permitir que los niños pasen por diversas experiencias, aunque estas sean difíciles o frustrantes, los ayuda a desarrollar su fuerza, independencia, determinación y confianza.

– Déjalo estar triste o enojado. Los niños necesitan saber que es normal sentirse tristes. Si tratamos de rescatarlos de cualquier pena, pensarán que dichos sentimientos son malos. Ellos deben experimentar con sus emociones.

– Enséñale a compartir y a pensar en los demás. Algunos estudios dicen que las personas que se interesan por otros tienden a sentirse menos deprimidos. Los especialistas sugieren que fomentar la caridad y ayudar a los demás es una parte importante de la vida familiar y los niños pueden beneficiarse mucho de ello.

– Sé un modelo de conducta. Es importante ser un modelo positivo para los niños, mostrando de forma sincera cada vez que estamos alegres o agradecidos. Sin embargo, es igual de relevante enseñarles que estar deprimido, triste o molesto, es parte de la vida y que lo importante es saber manejar dichas emociones.