Ay, mamita linda, no sabes cuánto lamento esa última escapadita que me di. Es que por mi deseo de querer estar contigo siempre, salí a buscarte y me perdí. Jamás pensé que un inescrupuloso me atropellaría con su auto y se daría a la fuga. Sé que al volver a casa y no encontrarme sufriste mucho. No obstante, quiero que sepas que desde el cielo de las mascotas te cuido y te velo junto con mami Sonia. Nunca olvides las tantas veces que jugamos, cómo te hacía correr cuando me escapaba y cómo nos abrazábamos cuando tronaba. Te amo, mami Frances. Siempre seré tu bebé, Daysi.