¿Intrigados por tantas palabras extrañas? No se afanen amigos, que todas –en italiano, francés, alemán, rumano y turco– significan lo mismo: Linda... ¡como mi nombre de pila! Mis padres, Raúl y Josefina, viven sumamente orgullosos de mí, pero no solo porque soy linda por fuera, sino porque mi verdadera belleza está en el interior de mi almita. Resulta que, a pesar de que perdí una patita, corro como el viento y soy superfeliz. Me añoñan como loco, me llevan a todas partes y me llenan la pancita con mis manjares favoritos. Y digo yo, ¿a quién, a quién, a quién no le gusta eso?