Los efectos de la pandemia en los niños han sido diversos. Estrés, ansiedad y hasta depresión son algunos de ellos. Muchos de estos trastornos, se han desatado debido a la falta de interacción con el exterior, el miedo a la enfermedad, y, en algunos casos, a la pérdida de seres queridos a raíz de la pandemia.

Durante el confinamiento y el estado crítico que afronta el país debido a la pandemia, es esencial establecer un diálogo claro y frecuente con nuestros hijos, pues ellos también se ven expuestos a lidiar con la incertidumbre y el miedo que las circunstancias causan como cualquier adulto. Esto, es aún más importante si es que en la familia hay algún ser querido que se encuentra enfermo, o alguno que ya partió.

Para dar más pautas acerca del tema, y brindar consejos sobre cómo ayudar a los más pequeños a asimilar la muerte de un ser querido, dialogamos con Jazzmín Álvarez, psicóloga del Centro de Desarrollo Humano Zueh.

¿Cuál es la manera más correcta de explicarles la enfermedad, sin causar miedo?

Para empezar, se debe conocer la edad del niño. Si son menores de 8 años, hay explicarles con mucha verdad qué es un virus y cómo se contagia, para que también sepan cómo cuidarse. Se debe tomar la información suficiente y necesaria, no sirve que sepan cuántos muertos hay al día o cuantas camas uci tienen los hospitales, ya que esto último genera ansiedad y no les es útil a los pequeños. El miedo siempre estará, pero enseñar con responsabilidad genera un tipo de alivio.

En caso de que algún familiar enferme ¿cuál es la forma más correcta de informarlo al menor?

Lo correcto siempre será decir la verdad, no cambiar un diagnóstico por otro o tratar de mentir, porque en algún momento a alguien siempre se le escapará. Mantener informado también genera que los menores sean conscientes y tengas auto cuidado.

En el caso de la pérdida de un ser querido, y de tratarse de un niño pequeño aún, ¿cómo hablarle acerca de la muerte?

Aunque parezca difícil de entender, los niños deben conocer de la muerte, entender que es una pérdida significativa. Incluso a corta edad, logran entender la idea de que el ser querido no está más entre ellos. Siempre hay que ser claros, y desde la verdad decirle, por ejemplo: “Te acuerdas que tu tío estaba muy mal, continuo así hasta que los médicos nos dijeron que ya no pudo curarse y falleció”, para ello deben saber que el familiar fallecido se encontraba en estado de salud delicado.

¿Qué más puede ayudarlo a asimilar la pérdida de su ser querido de manera tranquila?

Hablar de las emociones que los menores están sintiendo, por ejemplo, si tiene ganas de llorar mucho porque lo extraña, dejarlo expresar esa emoción, el dolor es inevitable, pero hay que saber acompañar. Recomiendo que el que acompañe en estos momentos sea una persona que se encuentre disponible emocionalmente porque, si es otra persona que esta triste, no favorecerá este acompañamiento y, por el contrario, podría ser en vano y no ser de utilidad.

¿Los niños también pueden caer en depresión?

Es cierto, existe esa clasificación diagnostica y por tanto los niños como adolescentes pueden tener depresión.

Algunos síntomas, pueden ser la pérdida de confianza y estimación de sí mismo, la pérdida de interés puede ser en el juego o en las actividades escolares, la falta de juego con los compañeros, el rechazo del colegio o frecuentes ausencias al mismo pueden ser síntomas de fatiga. Los niños también pueden presentar auto-desvalorización, alteraciones de sueño de cualquier tipo.

¿Qué se debería hacer para tratar este diagnóstico?

Primero evaluar ningún profesional diagnostica al ojo, para llegar a un diagnostico debe ser comprobado con pruebas válidas y confiables. No dejarse llevar por comentarios que a otras personales les pasó lo mismo, cada niño es diferente y tienen diferentes procesos únicos. La mejor recomendación es acudir a un psicólogo que pueda atender este tipo de dificultades.