La interacción entre perros de razas de manejo especial y niños es un tema que genera cierta preocupación en la sociedad. Sin embargo, es fundamental abordar este tema de manera responsable.

Aunque los animales de compañía se consideran parte de la familia, proporcionando compañía, amor y alegría a personas de todas las edades, es esencial tener en cuenta que dejar a los niños solos con mascotas puede suponer algunos riesgos que pueden evitarse al supervisar las interacciones entre mascotas y niños.

A pesar de que la gran mayoría de las mascotas son amigables y tolerantes, hay ocasiones en las que pueden producirse accidentes. Los peligros más comunes son:

  • Mordeduras: son una de las principales lesiones en los niños. Estas no solo pueden tener consecuencias físicas, sino también emocionales para los niños, además de generar miedo hacia las mascotas.
  • Ansiedad y estrés: en ausencia de una supervisión adecuada, los niños pueden intentar manipular o incomodar a las mascotas, provocando estrés y ansiedad en los animales. Las mascotas pueden percibir esta actitud como una amenaza si se les trata de forma brusca o se les molesta constantemente. Esto da lugar a comportamientos agresivos o defensivos por parte de la mascota, lo que aumenta el riesgo de accidentes.
  • Accidentes: es posible que los niños no sepan cómo comportarse correctamente con las mascotas, lo que puede dar lugar a juegos bruscos o accidentes involuntarios como rasguños, golpes o caídas, que causan lesiones tanto a ellos como a los animales.

Interacciones más seguras

Para garantizar una relación armoniosa y segura entre niños y mascotas, es importante seguir algunas recomendaciones básicas:

  • Supervisión constante: es fundamental no dejar nunca solos a los niños con las mascotas, especialmente si son menores de 5 años. La presencia constante de un adulto garantiza una respuesta rápida ante cualquier situación y evita accidentes.
  • Educación sobre el buen trato: es importante educar a los niños sobre cómo interactuar de forma segura y respetuosa con los animales. Es importante explicarles la importancia de no molestarlos mientras comen o duermen, y cómo acariciarlos con suavidad y calma. Además, hay que explicarles que las mascotas también necesitan su espacio y su tiempo de descanso.
  • Socialización temprana: exponer a los animales a diferentes situaciones y personas, incluidos los niños, desde edades tempranas les ayuda a acostumbrarse a ellas y reduce la posibilidad de reacciones negativas.
  • Entrenamiento: proporcionar un adiestramiento adecuado para que aprendan las órdenes básicas y los buenos comportamientos. Esto ayuda a establecer límites claros y a controlar cualquier comportamiento potencialmente agresivo. La educación debe hacerse siempre de forma positiva mediante recompensas y refuerzos, y nunca con agresividad.
  • Reconocer y respetar las señales: educar a los niños para que presten atención y respeten las señales de estrés, incomodidad o agresividad que muestran las mascotas, como el lenguaje corporal, los gruñidos o los movimientos de la cola. Esto ayudará a saber cuándo es adecuado mantener la distancia y prevenir situaciones de conflicto.