Las limitaciones de contacto físico que implica el aislamiento social pueden estar trastocando las relaciones materno y paterno filiales, y no necesariamente por descuido, al contrario, es probable que los cambios se estén dando como el resultado de querer proteger la salud de todas las partes.

Es probable que el menor esté cumpliendo la cuarentena bajo el cuidado del padre o madre custodio, y los tiempos de convivencia con la otra parte tutora -que puede incluir a los abuelos, u otro papá o mamá, según la constitución familiar-, está siendo reducida o cancelada temporeramente. Las razones pueden ser diversas: tal vez ambos tutores lo decidieron así para reducir los riesgos de contagio o puede ser que la parte no custodio trabaja durante esta crisis salubrista, lo que le impide tener a cargo el cuidado del menor.

En consulta con la sicóloga clínica Roxany Rivera y la coach de familia Ivonne Quezada, ambas coinciden en la importancia de que los cuidadores actúen en armonía y sean flexibles frente a la nueva realidad, incluyendo la parte económica, y velando siempre atender las necesidades del hijo o hija. En ese proceso hay que considerar que tanto los tutores como los menores pueden estar hipersensibles ante la situación actual de pandemia por el coronavirus, considerando que sigue a una serie de sucesos naturales, políticos y sociales que han afectado al País, como los huracanes y terremotos, y el cambio de mando en el Gobierno.

“Son eventos que comprometen las estructuras biológicas del cerebro y hacen que las familias y los niños se muestren más hipersensibles y ansiosos por un nuevo evento que amenaza con su vida ante una posibilidad de contagio”, puntualizó la profesional de la conducta humana.

“Se debería alterar lo menos posible el patrón o estilo de vida del niño para fortalecer sus destrezas de afrontamiento y aportar a un mejor estado de salud mental, ya que de por sí los niños están dejando de ir a la escuela, han estableciendo una rutina de estudio en el hogar, no tienen contacto con sus amistades y sus espacios de actividades extracurriculares se han visto alterados”, subrayó.

Entre las situaciones que se pueden estar dando entre los cuidadores, y que pueden generar un alto nivel de tensión o confrontación, es que una parte exija el derecho a compartir con el menor por encima de las medidas cautelares para evitar el contagio del COVID-19, o que una parte esté asumiendo el proceso con un cuidado extremo, mientras la otra muestra menos cuidado. En este caso, la comunicación y actitud asumida por los padres o tutores serán determinantes para la estabilidad del menor.

En el caso de que uno de los adultos se enferme, no debería haber conflicto en que el menor pase a estar bajo el cuidado del otro tutor y como solución para recompensar el tiempo en que los menores dejan de compartir con alguno de sus tutores, la sicóloga recomienda que se lleguen a acuerdos para recuperarlo de forma retroactiva durante los periodos de vacaciones de verano o Navidad, por ejemplo.

Para fortalecer el vínculo o conexión

Como alternativas para mantener un buen pulso en el vínculo entre menores y tutores, ambas expertas en consejería familiar y disciplina positiva sugieren actividades como el uso de la tecnología a través de las videollamadas, los mensajes enviados por aplicaciones como WhatsApp, o encuentros virtuales por medio de plataformas como Zoom o FaceTime.

También sugieren la realización de dibujos o cartas, y la creación de una vasija o caja personalizada donde cualquiera de las partes -la presente o ausente-, deje un mensaje diario que alimente el amor, el cariño, el respeto y hasta la diversión entre estas.

“Tenemos una oportunidad para fortalecer el vínculo familiar, cocrear memorias juntos donde logren desarrollar habilidades para la vida. Ya sea la cooperación, división de roles en el hogar, llegar acuerdos, sin imponer y tomando en cuenta lo que los niños desean, porque su sentido de pertenencia aumenta y están más dispuestos a cooperar. De igual forma, alentar y resaltar las cualidades positivas que la persona está mostrando”, puntualizó Rivera.

A modo de reflexión, la sicóloga sugiere que cada padre, madre o tutor, reflexione sobre lo siguiente: “¿Cómo yo quiero que mis hijos me recuerden en este proceso de cuarentena? Como un momento donde mis padres comenzaron a pelear más o el espacio donde logré jugar, divertirme, sentirme seguro y conectar más con mis padres”.

La respuesta depende de los adultos.