No hay perro ni gato que no haya tenido en algún momento de su vida pulgas y garrapatas, plagas que se impregnan en el pelo y en la piel de los animales. Pese a que muchos tildan a estos pequeños intrusos como un mal menor, no tratarlos no solo perjudica a nuestros amigos de cuatro patas, sino también podría causar la muerte de los seres humanos.

Estos animalillos no solo causan picaduras en personas, sino también enfermedades como la rickettsiosis, la cual suele estar acompañada de diversos dolores y malestares en el cuerpo, como diarrea o vómito.

Algunas rickettsias son las responsables de la “fiebre de las montañas rocosas” o “la fiebre botonosa del Mediterráneo” que cursan con fiebre, cojeras, pérdida de apetito y dolores musculares, entre otros síntomas.

La página del centro veterinario Dobican explica que tanto las garrapatas como las pulgas se activan con el calor, aumentan su presencia y por tanto el riesgo de picaduras. Las garrapatas son las que tienen peor fama, posiblemente debido a que el número de enfermedades que transmiten es mucho más amplio. En el caso de la pulga, aunque menos variadas, las enfermedades que transmite son frecuentes y además transmisibles al ser humano.

Por un lado, explica Dobican, la picadura de la pulga puede causar gran irritación y producir una dermatitis alérgica, causada por un componente irritante que posee su saliva. Por otro lado, es frecuente que actúen transmitiendo una tenia del perro y del gato llamada Dipylidium caninum la cual provoca una parasitosis intestinal (con síntomas que incluyen diarreas, pérdida de peso, sangre en las heces y anemia).

Como dijimos, están implicadas en la transmisión de bacterias como algunas ricketsias y bartonellas. Esta última es la responsable de la llamada “enfermedad del arañazo del gato”.

Entre los parásitos sanguíneos están Ehrlichia y Babesia, transmitidas por garrapatas que permanecen varios días adheridas al animal. Los síntomas dependerán de la respuesta inmune individual, pudiendo desarrollar, de forma general, fiebre, inflamación de ganglios linfáticos, inapetencia, hemorragias nasales y sobre todo, alteraciones en las células sanguíneas como anemia y pérdida de plaquetas.

La enfermedad de Lyme o borreliosis en la mayoría de los casos es subclínica, sin síntomas. Cuando aparecen, se asocia con problemas en las articulaciones, que causan cojeras, fiebre y alteraciones renales.

Para evitar cualquier tipo de afección es importante incorporar el hábito de la higiene diaria en el hogar. Desde el lavado de la ropa de cama, sillas, ropa, no tener basura o recipientes almacenados. Además, es necesario bañar con frecuencia a nuestras mascotas y hacerles los chequeos correspondientes con el médico veterinario de confianza.

El primer paso para evitar la aparición de estas plagas de insectos es que nuestros animales permanezcan limpios, pero para que sea más eficiente es necesario utilizar jabones antipulgas o colocarles collares de este mismo tipo. Además, es importante corroborar que este método no falle y para eso hay que estar atento al comportamiento de nuestras mascotas: ver si se rascan y en caso de que lo hagan habrá que revisarles la piel y el pelo para ver si tiene alguna pulga o garrapata.

Tal como indicó el portal mencionado, si el caso empeora y sufren una infección de estos parásitos es necesario llevarlos al veterinario para que les brinde un tratamiento adecuado a sus necesidades.