¡Este perro es lo máximo!
Te presentamos al gran danés que inspiró a su dueño a crear un personaje de tirilla.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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“Él es un grandulón con alma de niño...”
Máximo es el primer perro que el caricaturista y diseñador gráfico Miguel Bayón tiene en su vida.
Es un gran danés Fawnequin (blanco con manchas marrones), de dos años y medio, que se caracteriza por sus largas extremidades, gran peso y tamaño (sobrepasa las 140 libras). En fin, es un monumento de animal.
Pero no solo llama la atención de todo el que lo ve por su imponente presencia, el can también cautiva por su singular personalidad y comportamiento. Tanto así, que el perro inspiró a Bayón a crear un personaje para la tirilla "Máximo, mi gran danés", que publicará a partir de hoy y todos los sábados en Primera Hora. A través de la viñeta, el artista plasmará las aventuras de su perro.
“La idea es exagerar las situaciones peculiares en las que se ha visto involucrado Máximo para darle un toque más jocoso”, explicó el caricaturista en entrevista con Primera Hora.
De Máximo, Miguel puede contar muchas anécdotas simpáticas y llevarlas a caricaturas. Una de las historias favoritas de Bayón sobre su mascota es la que involucra a un chango (mozambique). El caricaturista conoce el ladrido de su perro cuando quiere comer, solo que cuando le sirve la comida, siempre se percata que es un chango el que se la come mientras Máximo se acuesta al lado del ave.
“Es como si él me pidiera la comida para el pájaro. Ellos dos se han hecho panas”, contó entre risas.
Máximo es un perro noble y amoroso hasta que ve una gallina de palo o un gato.
“Se transforma, le entra lo de cazador. Aun yo aguantándolo con el leash, el chamaco me arrastra. He sabido llegar a mi casa y encontrar una colección de gallinas de palo en una esquina del patio”, contó.
Recientemente, Bayón descubrió también que Máximo “habla” con un su vecino, Leo, otro perrito.
“Me asomé para corroborar lo que estaba escuchando y en efecto, Máximo ladra dos o tres veces mirando a Leo, y Leo le responde”, narró el guardián del gran danés. Como el can de Bayón recibe mucha atención de su dueño, cuando está solo en el patio aburrido, se pone a hacer huecos por todas partes.
“Y cuando mi nene mayor le da un treat, prácticamente lo baña con sus lamidos. Él es fuerte, torpe y enorme, y se cree que es un perro miniatura. Además, salta como una oveja. Es bien cómico el chamaquito. Él y yo hemos creado una conexión bien especial, de solo mirarnos. Máximo es parte de la familia”, concluyó Bayón.