Gracias a ellos, ¡aprenden más!
Estudiantes de una escuela en Bayamón mejoran sus destrezas de lectura con la ayuda de un grupo de perros

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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La que lo empezó todo fue Sasha, una simpática negrita. Negrita retinta, de pelo bien rizo. Bueno, a decir verdad, de pelo más bien kinky. Es bajita y supercoqueta, y se viste con unos coloridos trajecitos de volantes , que vuelven loca a la gente. Para superar temores Un método probado y comprobado “Tú no te equivocaste; es que ella no entendió” Perros especiales para niños especiales Madres agradecidas y satisfechas “Yavier ha desarrollado mucha sensibilidad hacia los animales; arroja ternura cuando ve un animal. Ahora se preocupa mucho más por su mascota. Todos los días, cuando llega de la escuela, chequea que tenga agua y juega con ella. También, lo noto más aplicado. En ocasiones, lee por gusto, no porque tenga que hacerlo. ¡Hasta quiere un perro para dentro de la casa!”.
Bueno, a decir verdad, a quienes Sasha vuelve locos es a los niños. Sí, porque Sasha es una Poodle miniatura y es la perrita símbolo del programa Paws for Reading de la escuela elemental Cristóbal Colón, en Bayamón.
Dicho programa -fruto de la visión, el entusiasmo y la dedicación de la profesora Elba Rodríguez Román- utiliza el exitoso recurso de perros de terapia para “ayudar” a los pequeños estudiantes del plantel a mejorar sus destrezas de lectura.
El resultado de todo esto es un grupo de niños que ha superado un sinnúmero de obstáculos de aprendizaje. Por si fuera poco, los chicos esperan con entusiasmo e ilusión la cita mensual de los canes de Paws for Reading para demostrarles a éstos lo mucho que han aprendido y lo bien que están leyendo.
Como maestra de inglés, Elba Rodríguez Román es consciente de que, más allá de aprender un vocabulario en un segundo idioma, la pronunciación de ciertos fonemas anglosajones puede dificultar el proceso de aprendizaje de dicha lengua. Porque, cuando la “e”, a veces, suena como “i” y la “oo” puede sonar como “u” o como una “o” alargada; cuando la “th” puede equivaler a una “z” o a una “d” y la diferenciación entre “v” y “b” puede cambiar por completo el significado de una palabra, cualquiera puede sentir temor a equivocarse.
A esto se suma el que, en su timidez, a la mayoría de los chicos les preocupa el que, debido a esas equivocaciones, puedan sacar malas notas o que sus compañeritos se burlen de ellos. Y el nerviosismo puede confundirlos más todavía o hasta llevarlos a ser reacios a leer en voz alta. Es aquí que los perros de terapia de Paws for Reading juegan un papel crucial.
El programa, que se traduce, literalmente, como “patas para leer”, fonéticamente significa “pausa para leer” porque a los niños se les crea una pausa en el día escolar para que, espontáneamente -aunque con la debida supervisión de los maestros- y genuinamente deseen leerles en voz alta a los animalitos.
Lo que se suscita es el más simpático y conmovedor caos. Niños corriendo de un lado para otro, halando sillas, reclamando mesas y compitiendo por los mejores libros. Todo con tal de tener el privilegio de leerles a sus mascotas predilectas.
Como bien ha quedado demostrado en múltiples esfuerzos similares en innumerables escuelas alrededor del mundo, cuando un niño le lee en voz alta a una mascota, el menor parte de la premisa de que el animal no le va a criticar ni se va a reír de sus tropiezos. La profesora Rodríguez, quien ya había ejecutado un programa similar en la institución educativa donde laboraba previamente -con la oportuna asistencia de su perrita Sasha, vale la pena aclarar-, le presentó a Yadira Burgos, la principal de la escuela elemental Cristóbal Colón, su propuesta para repetirlo.
Para sustentar su solicitud, Rodríguez Román se valió de los resultados positivos de los exámenes que sus antiguos estudiantes habían tomado y superado exitosamente. Cabe mencionar que los mismos fueron las Pruebas de Aprovechamiento Académico del Departamento de Educación de Puerto Rico, por lo que son enteramente objetivos y medibles tanto cuantitativa como cualitativamente.
Según la educadora evidenció durante el curso escolar de 2009 a 2010, luego de que varios estudiantes con rezago en la lectura tuvieran sus sesiones con mascotas de terapia, el aumento promedio en la capacidad para leer palabras por minuto aumentó de 46 palabras a 75 palabras por minuto, en español, y de 57 a 77, en inglés. Más aún, la corrección en las lecturas aumentó de 50% a 65%, en español, y de un 84% a un 96%, en inglés.
La manera en que Sasha -como todos los perros de terapia que acuden a la escuela Cristóbal Colón- ayuda a los niños a leer mejor y a comprender mejor lo que leen es “corrigiéndolos”. Es decir, cuando el estudiante se equivoca en su lectura, la maestra se acerca a la mascota y le pregunta, por ejemplo: “¿Cómo? ¿Que no entendiste lo que ‘Jimmy’ dijo?”. Entonces, dirigiéndose al estudiante, la profesora dice “'Jimmy', ¿podrías repetirle a Sasha esa palabra que acabas de leer? Ella cree que se dice ‘estatua’ en vez de ‘estuata’”. Invariablemente, el menor se corrige a sí mismo con gusto.
Las mascotas, también, les brindan a los niños cariño y esparcimiento, pues durante estos encuentros escolares, los estudiantes no están obligados a permanecer sentados en sus pupitres. Los chicos tienen permiso para tirarse al suelo y hasta recostarse sobre los perros como si éstos fueran almohadones, mientras practican sus lecturas. Esto, para canes como Jordan -un Labrador que se desvive por la más mínima caricia-, así como para Fifi (mezcla de Dálmata y Labradora), Popeye (Bassett Hound, “veterano” del grupo) y Maggie (Chinese Crested) es como un paraíso.
Más importante aún, para los estudiantes, es una oportunidad única para olvidarse de sus limitaciones y para enfrentar el futuro con entusiasmo, con la firme convicción de que no hay nada que se pueda interponer entre ellos y el éxito.
Para tranquilidad tanto de los padres de los estudiantes de la escuela elemental Cristóbal Colón, en Bayamón, como de maestros del plantel, todos los perros de Paws for Reading han sido entrenados y certificados por el Programa de Terapia Canina de la Federación Canófila de Puerto Rico. El mismo es auspiciado por MCS y Purina Pro Plan.
Se trata de perros enteramente saludables y comprobadamente gentiles con los niños. Son mascotas acostumbradas, incluso, a ser cuidadosas con menores con discapacidades o con problemas de aprendizaje como autismo o trastorno de déficit de atención con hiperactividad.
Dos madres de estudiantes de la escuela elemental Cristóbal Colón manifestaron a Tus Mascotas su entera satisfacción con el programa de Paws for Reading.
“Mi hija se ha beneficiado mucho del programa ya que ella sentía temor de leer en inglés porque no sabía pronunciar correctamente. Luego de comenzar en el programa, se estusiasmó y participa más en la clase de inglés, y ha superado el temor de leer en inglés. Además, a mi hija le gustan mucho los animales y para ella ha sido una experiencia muy emocionante y grata”.
Madre: Marisol Santiago
Estudiante: María de L. Espinosa
Madre: Yamille Afanador
Estudiante: Yavier A. Rondón