Clases virtuales, graduaciones con celebraciones a distancia, y festejos de cumpleaños a través de la tecnología de videollamadas figuran entre las dinámicas por el aislamiento impuesto por la pandemia por el coronavirus.

Han pasado meses desde esta realidad, pero todavía ha resultado compleja la adaptación para muchos, entre los que incluyen padres y madres con la inquietud de que sus hijos se estén perdiendo experiencias relevantes en sus respectivas etapas de desarrollo, así como la preocupación de cómo esto pueda influir en la personalidad del futuro adulto.

“Todo es cuestión de adaptación, de entender que las crisis no duran toda la vida”, resaltó enfático el sicólogo Carlos Sosa. “El ser humano tiene un poder muy grande de recuperación. Los efectos positivos van a ser mayores que los efectos negativos”, afirmó. “A nivel personal tal vez nos ayude a ser más disciplinados, a planificar mejor las cosas, a tomar las decisiones más acertadas, que es lo importante, sacarle partido a la crisis que hemos tenido”. De vez, el doctor repasó que no se trata de la primera vez que la humanidad atraviesa momentos difíciles.

“Históricamente, siempre ha habido crisis y desastres, y se han superado. La Primera y la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea”, enumeró a modo de ejemplo. “De la inquietud de si los jovencitos de hoy día van a desarrollar algún tipo de particularidad que les va a afectar su vida, yo pensaría que realmente no va a ser tan significativa”, manifestó. “No tengo la menor duda de que nos vamos a recuperar con unas destrezas nuevas, que la vamos a utilizar y, posiblemente, se las vamos a enseñar a nuestros descendientes”.

Mayor solidaridad

La sicóloga Sandra Aponte apuntó a la fortaleza que puede desarrollarse como resultado de la situación que se está viviendo.

“La capacidad del ser humano de superar las circunstancias depende de los recursos internos que tiene cada individuo. En una familia, puede que alguien tenga la capacidad de superación, mientras otro no”, aclaró. “Sin embargo, se podría decir de forma general que, las personas que logran superar eventos catastróficos pudieran desarrollar mayores destrezas de supervivencia. También, es posible que aumente la posibilidad de mejorar su capacidad de ser empáticos y su interés en ayudar a otros. En otras palabras, que vuelvan a humanizarse, a entender mejor y solidarizarse con sufrimiento de otro ser humano”, manifestó la experta en conducta humana, quien con la colaboración de los sicólogos José R. Derieux y Angela Pagán, se dio a la tarea de indagar algunos efectos causados por los eventos recientes en un grupo de 51 entrevistados que incluyeron niños, niñas y jóvenes puertorriqueños entre las edades de 10 y 25 años.

También, es posible que aumente la posibilidad de mejorar su capacidad de ser empáticos y su interés en ayudar a otros. En otras palabras, que vuelvan a humanizarse, a entender mejor y solidarizarse con sufrimiento de otro ser humano”

-Sandra Aponte

En el estudio, que abarcó varios temas, los profesionales encontraron que para la pregunta de cómo se sienten ante la situación actual del COVID 19, “un 77% describió la forma en que se sentía de manera negativa”, expresando experimentar miedo, tristeza, frustración, preocupación por otros, impotencia, aburrimiento y añoranza por el pasado, entre otros. Solo un 23% reveló respuestas como conformidad, tranquilidad e incluso, felicidad.

A la pregunta de cómo ven su futuro tras los eventos del huracán María (2017), los terremotos de enero 2020 y el COVID 19, un 65% respondió verlo “de forma positiva indicando que sentían esperanza, que lograrían sus metas, y se sentían preparados(as). El 25% respondió ver su futuro de forma negativa, indicando que sería difícil, e incierto. Un 10% respondió que no sabía”.

La doctora añadió que al solicitarles que comentaran algo positivo del momento que están viviendo, una mayoría (96%) dividieron sus respuestas en pasar más tiempo en familia, conocerse mejor así mismo, ser más positivo, aprender a valorar la vida, la restauración de la naturaleza, y el fortalecimiento de su fe, entre otros.

En cuanto a lo que consideran negativo, entre las respuestas que manifestaron varios de los jóvenes encuestados figuró extrañar a familiares, amistades o la vida pasada, así como la falta de libertad, la incertidumbre, que la gente deje de seguir las indicaciones para evitar el contagio, además de la ansiedad que genera estos momentos que vivimos.

Cómo guiarlos

El doctor Sosa enumeró varios consejos para ayudar a los menores a manejar la crisis por la situación actual.

  • Evita hacer comentarios que aumenten los temores sobre los eventos presentes, porque lo que hará es provocar temor, incertidumbre y preocupación. “Eso sí les puede afectar, ponerlos nerviosos”, dijo.
  • Exprésales reiteradamente que el ser humano tiene la capacidad de superarse y salir adelante.
  • Alerta a la manifestación de irritabilidad, tanto de tu parte como de tus hijos. “Estar unidos siempre es importante, y dejar de lado los roces, porque a veces se pueden dar situaciones que provocan malestar, incluso por cosas que no tienen importancia. Hay que estar pendiente de eso”. 
  • La distracción, dentro de lo posible, contribuye en gran medida a la armonía del hogar, así como cultivar las conversaciones en familia.