Es el tema que muchos padres saben que es importante tratar, pero a veces no tienen el valor para hacerlo: la sexualidad. 

Es natural que los niños sientan curiosidad sobre los cambios que experimenta su cuerpo y recurrirán a las preguntas que hacen sonrojar a los padres. Incluso, los preescolares comienzan a tocar su cuerpo, ya que descubren que es placentero. Las actitudes represivas de los padres respecto al tema de la sexualidad podrían ocasionar que su hijo busque respuestas a sus preguntas en las fuentes equivocadas como, por ejemplo, con los amigos de la escuela.

“Si no le hablas de sexualidad, nuestros niños van a empezar a escuchar en la calle. Van a empezar a hablar entre sí lo que escuchan y el riesgo es que el niño no esté educado adecuadamente sobre el tema de la sexualidad y aprenda cosas incorrectas”, describió la profesora Astrid Seguí, catedrática auxiliar de la Escuela de Enfermería del Recinto de Ciencias Médicas, especialista en madres, niños y lactancia.

La sexualidad se debe tratar de forma directa y tranquila, de manera que el menor no piense que es vergonzoso conversar contigo sobre el tema.

De hecho, debe ser vista como un asunto no limitado a lo sexual, ya que la “sexualidad es el placer y la sensación de cómo yo me siento”, describió Seguí. 

¿Cuándo hablar del tema?

Para la profesora, la sexualidad no se debe tratar cuando el niño pregunte, sino que se debe ir “enseñándoles poco a poco, conociendo el cuerpo, cómo se forma un bebé en la barriga, luego los cambios hormonales”, y así sucesivamente. Sin embargo, las respuestas a sus preguntas deben ser sencillas y breves, pero es importante que nombren las partes del cuerpo por el nombre correcto, “de esta manera no tendrán la noción de que esas partes son vergonzosas o que está prohibido mencionarlas”, puntualizó la profesora.

Cerca de los dos años, los niños comienzan a descubrir su cuerpo y sienten curiosidad, por lo que la actitud de los padres debe ser explicarles, de forma natural y tranquila, cuáles son las reacciones que experimenta el cuerpo cuando se tocan.

Educación de los padres

Es importante que los padres se eduquen sobre el tema de la sexualidad para que puedan responder cada interrogante de su hijo de la forma correcta. El padre tiene que pensar antes de hablar y debe indagar primero de dónde viene la pregunta. “Cuando el niño hace una pregunta, tienes que preguntarle dónde lo escuchó y qué entiende por eso, y después que el niño te dice qué entiende, tú partes de ahí, porque se supone que nosotros (los padres) no demos más información de la que el niño necesite”, aclaró Seguí. 

El problema de no crear el conocimiento correcto y de fomentar la confianza de preguntar es que “viene el tabú de que no le voy a preguntar a mi papá porque mi papá no me dice y es un silencio, pues parece que esto no es algo bueno y entonces los niños tienen más temores de ir a la fuente apropiada”, puntualizó Seguí.

¿Qué deben saber por edad?

2 años - Debe reconocer las partes del cuerpo por el nombre correcto.

3 años - El niño debe saber cómo una criatura se forma, se desarrolla y nace.  El uso de láminas, fotos y libros es recomendado.

6 años - Cuáles son los cambios que experimentará su cuerpo al pasar de niño a hombre y de niña a mujer.

7 años - Debe conocer los cambios hormonales y sensaciones que experimenta su cuerpo cuando se va entrando a la adolescencia. 

¿Cómo abordar el tema?

Si son niños, los libros son una gran alternativa para ilustrar el tema.

Si son adolescentes, se puede abordar el tema basado en lo que ellos ya saben.

¿Qué hacer si lo ves tocándose?

 A ningún padre le gustaría sorprender a su hijo tocándose sus partes privadas para sentir placer; sin embargo, si eso sucede, la situación se trata de manera distinta si es un niño o un adolescente.

 Según la profesora Seguí, si los padres sorprenden a un niño tocándose, debe interrumpir con cuidado y preguntarle qué hace para aprovechar la oportunidad y explicarle “que esa área tiene muchos terminales nerviosos que se sienten… lo tocaste, lo descubriste, sabes cómo es y todo, pero ya, vamos a hacer otras cosas” y de esa manera llevarlo a otra actividad para distraer su mente. No es recomendable que lo regañe o le pegue en la mano “porque ¿qué se tocó? ¿Él se tocó algo malo? Los padres tienen que empezar a tener educación sexual ellos primero para que salgan de los tiempos antiguos”, puntualizó.

 En cambio, si es un adolescente, “uno le cierra la puerta y no interviene en ese momento porque eso es una vergüenza. Y en otro momento va a hablar con ellos”, expresó al tiempo que destacó que hay que decirles que no tiene nada de malo tocarse, pero que no pueden estar todo el tiempo en la búsqueda de estas sensaciones para evitar crear un hábito o una adicción.

Es necesario que los padres tengan el poder de comunicarse claramente con sus hijos. La sinceridad y la información son herramientas determinantes a la hora de abordar cualquier tema, pero sobre todo, el de la sexualidad.