La conducta de un animal es su forma de comunicarse. En ocasiones, la mascota exterioriza su estado por medio de comportamientos extremos, ya sean agresivos o de temor.

Sin embargo, el lenguaje corporal de los caninos y felinos incluye el modo en que se paran, la inclinación de la cabeza, el grado de contacto visual, la posición de sus orejas y el movimiento de la cola. El cambio en su actitud indica que algo no está bien.

“Un motivo de preocupación se presenta si se esconden o se acuestan en lugares que no son frecuentados por ellos”, señala Gabriel Romero, médico veterinario. Estas señales muestran a un animal esquivo, huraño e intranquilo.

Lo primero que se debe chequear es su estado de salud. Puede que un problema orgánico lo esté afectando. Una vez descartado un inconveniente médico, se asume que la causa es psíquica.

Lenguaje perruno

Los perros son más sociables. Se relacionan tanto con seres de su propia especie como de otras. Por esta razón se adaptan bien a un hogar humano. En ellos es más evidente cuando presentan problemas. Por lo general buscan ayuda. Gimen o halan a su dueño por la ropa para captar su atención.

También debe estar alerta si el animal no responde al llamado de su propietario para sacarlo a pasear.

Estas mascotas se comunican a través de los sentidos: olfativo, al utilizar orina y secreciones producidas por distintas glándulas; auditiva, por medio de diversas vocalizaciones; y la visual, a través de las posturas adoptadas.

Hay que recordar que los perros, a pesar de ser domesticables conservan sus instintos caninos. Como tal, pueden adoptar conductas violentas en respuesta a esos instintos. El comportamiento suele responder a problemas de adaptación o a temor. Existen diversas causas por las que se produce el miedo. Se puede generar como consecuencia de experiencias traumáticas, de una socialización deficiente o de un aislamiento en las primeras etapas de su desarrollo.

Las conductas estereotipias son las adoptadas compulsivamente por el perro. Entre estas se encuentran la mutilación de la cola, los ladridos constantes, andar en círculos y la frecuencia en el lamido, lo que puede ocasionar lesiones. Este tipo de comportamientos se generan cuando el animal siente estrés o frustración al no poder controlar su entorno.

Actitud gatuna

Los gatos emiten diversos sonidos. Sin embargo, sus métodos de comunicación emplean todo el cuerpo. Para expresar afecto, reconocimiento y disponibilidad frotan su hocico en la espalda o las piernas de sus dueños. A menudo acompañan este gesto con ronroneos o sonoras llamadas para atraer la atención de su propietario.

El ronroneo es uno de los sonidos llamativos y comunes emitidos por los felinos; es su voz y el equivalente a una sonrisa humana.

De hecho, el gato acompaña al sonido con los ojos entrecerrados, en busca de alguna caricia. El ronroneo es favorable porque sana las lesiones óseas y alivia el dolor en los gatos. Por otra parte, disminuye la angustia y el estrés de quien esté en contacto con el animal. Sin embargo, algunos gatos emiten ese sonido cuando están asustados o enfermos.

Si algo está mal en la salud del felino, lo puede notar cuando el animal se aísla. A diferencia de los perros, el gato no busca ayuda, sino que se vuelve tímido. Se aleja y se esconde para padecer su dolor sin compañía. Cuando alguien trata de acercarse, toma una actitud violenta. Existen otras señales que expresan incomodidad. Un gato con malestar puede ponerse a la defensiva. El pelo erizado es una clara manifestación de molestia y agresividad. Los bufidos y gruñidos expresan una respuesta a alguna acción que le provoque dolor o disgusto. A pesar de los signos de violencia que pueda adoptar, el gato solamente ataca si no le queda otra opción.