El parto humanizado está fundamentado en la consideración y valoración que se le da al aspecto emocional entre la madre y el bebé. El respeto hacia las decisiones de la madre sobre su proceso es fundamental para tener un parto respetado.

En la actualidad, muchas madres se quejan del trato que reciben al momento de traer sus hijos al mundo. Las quejas varían entre malos tratos, insensibilidad, obligarlas a parir acostadas, que es la posición más difícil, inducciones que terminan en cesáreas innecesarias y la poca o ninguna cooperación para establecer el vínculo entre la madre y su hijo.

Aunque algunas de estas quejas forman parte del modo de proceder “normal” de las instituciones hospitalarias y de algunos obstetras, está creciendo un movimiento para promover que las mujeres se apoderen de su proceso. 

“Los que somos activistas del parto humanizado no estamos abogando por que todas las mujeres paran en la casa, de hecho, sabemos que muchas no van a  parir en la casa. Estamos abogando por que las mujeres tengan un parto humanizado independientemente en el lugar donde lo hagan, sea en hospital, en un centro de parto o en la casa. Lo importante es que la mujer pueda ejercer su derecho de parir cuando quiera, donde quiera, como quiera y con quien quiera. Ella puede esperar que su bebé decida nacer cuando quiera sin presiones para inducciones innecesarias”, expresó la doctora Ana Parilla, catedrática asociada del Programa de Salud y de la Madre de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico.  

Y es que parte de la violencia que existe hacia la mujer embarazada radica en restringir la libertad de que ella decida cómo quiere que sea su parto.

Cesáreas: problema de salud pública

La mayoría de los partos fluyen naturalmente y sin problemas, sin embargo, las inducciones son las que aumentan el riesgo de cesáreas. La tasa de cesáreas en Puerto Rico para el año 2010, fue de 46.3%, lo que supone un problema de salud pública. La Organización Mundial de la Salud señala que no hay razón para que un país tenga una tasa de cesáreas mayor a un 15%.

Para la doctora Parilla, este asunto está ligado al factor económico. “El factor económico nadie lo quiere hablar ni mencionar, como si no existiera, y existe. Y es que no se le paga al proveedor lo suficiente. Eso no justifica éticamente las prácticas que están haciendo. Pero los médicos con quien deben pelearse es con las aseguradoras y no con las mamás”, señaló.

A juicio de Parrilla, los médicos controlan mejor su tiempo y sus agendas de trabajo programando cesáreas.  “No tienen que cerrar la oficina 72 horas, 24 horas, porque tienen partos que atender”, añadió.

Parteras al rescate

Muchas mujeres quieren evitar tener partos de los tradicionales y han visto en las parteras la alternativa para tener un parto humanizado y respetado.

En contraste con los obstetras, las parteras solo atienden a dos o tres mujeres con fecha de parto para el mismo mes, de esta manera, maximizan el tiempo que le dedican al proceso de gestación de cada embarazada. El parto es atendido como un hecho natural y casi no intervienen en el proceso fisiológico, de hecho, están capacitadas en salud, fisiología y en el cuidado tanto para la mujer como para su bebé.

Cabe destacar, que los obstetras están altamente capacitados para atender situaciones en los que la mamá y el bebé estén en riesgo. Es por esto que aunque la mujer decida dar a luz con una partera, en el plan de acción a seguir en caso de complicaciones, debe estar contemplada la intervención de un obstetra, y ese profesional debe conocer el plan.

Tanto los obstetras como las parteras podrían coexistir en la práctica de los partos, trabajando conjuntamente. Sin embargo, existen obstetras que se oponen a trabajar de la mano con las parteras y las doulas, porque no están cobijadas por una ley.

Beneficioso parir en paz

Parir en paz o tener un parto humanizado es beneficioso tanto para la madre como para la criatura, ya que etapas como el desarrollo del vínculo entre madre e hijo y el inicio de la lactancia se afectan significativamente cuando la madre tiene un parto violento.

“Se ha visto que en países donde hay partos violentos tenemos un país más violento, y qué mejor ejemplo que Puerto Rico. Tenemos mucha violencia”, destacó el pediatra y educador en lactancia Mario Ramírez Carmoega. El vínculo ocurre cuando la madre y la criatura se ven por primera vez, desde ese momento se desarrolla ese deseo de querer estar juntos siempre.

Ramírez Carmoega explicó que cuando una criatura nace hay que ponerlo en el pecho de su madre inmediatamente, de esta manera ambos se ven a la cara. “Ellos ven y ven muy bien sobre todo a la cara, así que ponerle al bebé aquí encima (en el pecho) y poder ver a su mamá…qué es lo que quiere hacer un bebé cuando está dentro de la barriga, no ha visto a su mamá, la ha sentido, sabe el latido del corazón, las tripas de la mamá, lo ha oído, todo, pero no la ha visto. ¿Y qué es lo que quiere hacer cuando nace?, verla”, detalló.

Sin embargo, muchas madres no han podido tener ese primer contacto piel a piel y ver por primera vez a su bebé tan pronto nace. En ocasiones, debido a una emergencia obstétrica, porque el bebé haya nacido con algún problema de salud. En otro casos, es simplemente porque el protocolo de la institución hospitalaria es llevar el bebé inmediatamente a tomarle los signos vitales, a limpiarlo y a otros procedimientos a los que son sometidos a solo segundos de ver la luz de su nuevo mundo. 


Crianza de apego

En esos casos, el doctor Ramírez Carmoega recomienda que se establezca la crianza de apego, que es un método mediante el cual se responde a todas las necesidades del bebe con inmediatez, no se le deja llorar para que aprenda a sosegarse solo, se le carga mucho y hay quienes optan por practicar colecho, compartir la habitación.

“Pasar un bebé de estar por varias semanas dentro de un espacio ideal, idílico,  flotando en una paz, respirando ese oxigeno con su madre a través de la placenta y una química y escuchando el latido del corazón de su madre, y la voz de sus familiares y cuando por primera vez va a tener el contacto externo…violencia, lo jalamos, ni siquiera lo toca una mano, lo toca un guante, entonces no hay ni una bienvenida, sino que es ‘ven para acá’. En el caso de parto por cesárea, peor todavía, lo jalan por donde tengan que jalarlo, y le dan vuelta y llévatelo y límpialo. Y toda esa dinámica muy violenta para un ser que ha estado en un ambiente lleno de paz, lleno de amor dentro del útero de su madre”, expresó Javier Omar Morales Nazario, director del programa sePARE de Vega Baja y director de la organización inne-cesaria.org.

Lactancia: Vital para el vínculo

La gran mayoría de las mujeres que inician la etapa de maternidad de una forma difícil o en contra de cómo deseaban, terminan deprimidas y hasta con dificulta para iniciar la lactancia. Muchas madres desean lactar, sin embargo, las circunstancias del inicio de ese proceso no son las mejores. Para Ramírez Carmoega “hay un porcentaje bajito de que no pueden (lactar) porque no pueden físicamente, físicamente tienen algún problema, hormonalmente tienen un problema o han pasado por un trauma de pequeñas también, otras cosas que pueden influenciar en poder lactar o no. Yo te diría que la mayoría de las mujeres en Puerto Rico sí quieren lactar, pero ¿por qué no lactan?, por falta de educación, por la falta de apoyo. No es solamente educarla, es apoyarla, para que ella se apodere y lo pueda hacer, porque luchar contra todas las barreras que hay en Puerto Rico, que son muchas, no es fácil”, reconoció. “Es más fácil si tienes un ginecólogo, unas enfermeras, un pediatra y una familia que las apoya va ser más fácil”, enfatizó el educador en lactancia.

Extremistas pro lactancia

El grado de dificultad de la lactancia es muy alto y sacrificado y las que logran el proceso de una forma exitosa, se convierten en defensoras, y algunas rayan en lo radical, por lo que el tema resulta controversial entre los grupos de madres. De hecho, muchas madres recién paridas se sienten hostigadas con el tema. Sin embargo, la lactancia es una decisión muy personal de cada mujer y no debe ser objeto de crítica. “Nada debe ser impuesto. Que todo debe ser a través de la educación. Si tú reconoces el valor de cualquier beneficio para ti o para tu bebé, pues tú lo vas, mínimo, a intentar. Cuando la mujer y la familia deciden intentar algo, necesitan un ambiente ideal”, comentó Morales Nazario.

Mientras, Ramírez Carmoega, fiel defensor de la lactancia, reconoce que “la fórmula siempre tiene su espacio” específicamente en el caso de los bebés que necesitan ser suplementados para aumentar de peso.

Es por esto que el respeto, la educación y la comprensión, son elementos claves en la nueva vida que enfrenta una mujer en su rol como madre.