Terminado el semestre escolar, con todos los cambios abruptos que conllevó debido a los terremotos y, más reciente, la pandemia de COVID-19, los padres, madres y tutores enfrentan un nuevo desafío: ¿Qué hacer con los hijos en sus vacaciones de verano?

Los menores de edad ya están, en su mayoría, libres de las responsabilidades escolares, no así los adultos, quienes siguen enfrentando situaciones como el desempleo, el trabajo remoto o el regreso a sus espacios regulares de empleo o negocio.

Esto ocurre mientras se mantiene la cuarentena y el toque de queda en la Isla, lo que convierte el periodo de vacaciones escolares en uno completamente atípico, donde las alternativas de campamentos de verano, cuidos o viajes son reducidas y sumamente distintas a lo conocido hasta ahora.

Dentro de esta nueva realidad, es importante lograr un balance en el manejo del tiempo de los menores de modo que satisfagan sus necesidades de actividad física y recreativa, socialización y equilibrio emocional.

Para aquellos niños y adolescentes que pasarán el tiempo de verano, mayormente, en sus hogares, la psicóloga clínica Lorraine Pieraldi Matos sugiere que se le establezcan unas rutinas que incluyan actividades físicas y contacto social.

“Quizás se pueden hacer tres ejemplos de rutinas, dependiendo de la realidad que tenga el adulto y que satisfagan las necesidades, porque hay mamás que están supercontentas porque han tenido este tiempo especial con los nenes y están haciendo cosas espectaculares, pero no todo el mundo tiene el tiempo y ese ánimo”, reconoció la especialista.

Las rutinas deben combinar juegos de mesa que ayuden a reforzar los vínculos familiares; actividades de relajación, como dibujar, pintar, ver televisión, cocinar o sembrar; actividades físicas, que pueden ser caminar y correr bicicleta, hacer algún vídeo de ejercicios o baile aeróbico, o yoga, y fomentar la socialización mediante videollamadas. Es importante aprovechar el tiempo en la casa para insertarlos en las tareas domésticas y establecer una negociación sobre la división de tiempo para realizarlas.

Los videojuegos pueden entrar en estas rutinas con un horario y reglas preestablecidas.

“No hay que ser tan rígidos porque tampoco uno puede pretender que las cosas van a fluir como antes”, advirtió Pieraldi Matos.

Unas señales de que ese balance entre lo emocional, físico y social no se está dando de la mejor forma pudieran ser que el menor o adolescente muestre irritabilidad, alteraciones en los patrones de alimentación y sueño, problemas de concentración, dolores inusuales de cabeza o estómago y falta de energía y entusiasmo.

Clases y campamentos virtuales

Las alternativas de clases y campamentos virtuales o en línea que han surgido en las últimas semanas, y que se pueden sumar las rutinas caseras, incluyen idiomas, arte, teatro, manualidades, repostería, costura, entre otras disciplinas y actividades propias para cada etapa del menor.

Encontrarás a continuación una lista de algunos de estos, escogidos al azar, a partir de las promociones en las redes sociales.

Virtual Summer Camp: Actividades de teatro o drama, edades de 3 a 14; tel. 787-223-3017

Utopia: Arte, circo y teatro, edades de 4 a 17; tel. 787-605-6951

Virtual Baking Summer: Repostería, confección de meriendas y emprendimiento, edades de 7 a 16; Facebook: Pastry Lovers Academy

Gozadera virtual: Ejercicios, teatro, movimiento creativo y story telling, edades de 3 a 5; tel. 787-948-5270

Empoderarte en verano: Experiencias educativas y psicoeducativas; edades de 7 a 12; tel. 939-255-9835

Sumer S.T.E.A.M Experience: Clases diversas usando Legos para aplicar conceptos de ingeniería, matemáticas, ciencia y tecnología, desde 5 años; tel. 787-462-4910

Atlethic Summer Virtual Camp: Zumba, arte, manualidades, competencias, magia, taekwondo, yoga y otros; edades de 4 a 12; web: https://bit.ly/2yhAIsk.