Feliz Navidad, “Merry Christmas”, “Buon Natale”, “Joyeux Noel”, “Wesolych Swiat”, “Froehliche Weihnachten”: no importa el idioma que hablemos, la Navidad es sinónimo de celebración y unidad familiar. Y, precisamente, por este año tener un panorama distinto con la pandemia, será una celebración en casa, en el calor familiar, recordando el nacimiento de Jesús.

¿De dónde viene esta tradición? ¿Cómo lo celebra el mundo?

En Europa, las fiestas navideñas tienen una fuerte herencia pagana. Una de las grandes fiestas del Imperio Romano era la celebración del solsticio de invierno, el momento en que los días son más cortos. Muchas de las festividades navideñas tienen su origen en esta celebración.

Según una antigua leyenda alemana que tiene de ambos elementos –lo cristiano y lo pagano– durante la Nochebuena el agua de todos los ríos se convertirá en vino, los animales hablarán, los árboles florecerán y las montañas se abrirán para mostrar preciosas joyas. Solo aquellos que tengan el corazón limpio y puro, sin embargo, podrán disfrutar de este maravilloso milagro. El resto de los mortales tendrá que conformarse con la celebración navideña tradicional, que comienza, como en la mayoría de Europa, el 6 de diciembre, el día de San Nicolás.

Este es un personaje importante. El “Santa Claus” que llega en trineo del Polo Norte es una caricatura norteamericana de San Nicolás, obispo de un pueblo del Asia Menor durante las persecuciones romanas y ahora patrón de los niños. Cuando en la Edad Media sus restos llegaron a Bari, en Italia, el lugar se convirtió en centro de peregrinaje y la historia de sus milagros hizo surgir una tradición de dar regalos durante la Navidad en su nombre. Por eso, el día 5 de diciembre, víspera de su fiesta, muchos niños europeos colocan medias en las chimeneas de las casas.

La celebración en España comienza con las hogueras. En Jaén y Granada, al sur de España, se hacen grandes fogatas para que la gente salte sobre ellas en una acción que simboliza la protección contra las enfermedades.

Nuestras grandes comidas navideñas también tienen su origen en la tradición española. Allí, donde siempre se cena tarde, la hora de la cena navideña es tardísima: después de la medianoche. Para los niños, sin embargo, el gran día de los regalos todavía no ha llegado. Tienen que esperar hasta el 6 de enero, cuando llegan los Reyes Magos portando sus obsequios.

En Alemania la cena navideña también es parte importante de la celebración. Se conoce como “Dickbauch” o “estómago lleno” pues -según la creencia popular- los que no coman bien esa noche tendrán pesadillas. Así que como diríamos por estos lares, esta noche hay que darse un atracón.

Las tradiciones y costumbres cambian de región en región. En un lugar tan distante y exótico para nosotros como Ucrania, por ejemplo, la Navidad es una de las celebraciones más solemnes del año. La familia se reúne en Nochebuena para la cena navideña, la “Sviata Vecheria”.

La comida empieza cuando aparece la primera estrella en el cielo, que simboliza la Estrella de Belén. Resulta curioso que la mesa se viste con dos manteles, uno que representa a los antepasados de la familia y el otro a los que aún viven. Además, hay siempre un puesto adicional en la mesa en conmemoración de algún miembro que haya fallecido recientemente. Y esta comida navideña es un verdadero fiestón, pues se sirven doce platos para recordar cada uno de los doce discípulos de Jesús.

Esta noche, cuando celebremos nuestra tradicional Navidad criolla, con el nacimiento, el árbol, los pasteles y el lechón asado, podríamos recordar estas otras celebraciones. No importa la cultura o la manera de celebrar, lo común en todas partes es compartir en familia, disfrutar gozosos de la compañía de nuestros seres queridos y recordar un evento religioso que le dio nueva significación a la vida.