Y todo el mundo, ¡con la lengua afuera!
Ignorar el daño que el calor de nuestro ambiente puede representar para estos animales es ponerlos en riesgo de varias enfermedades

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
PUBLICIDAD
Haz la prueba. Hoy, a eso del mediodía, vístete con pantalones gruesos, dos pares de medias de lana y botas altas. Ponte dos camisetas, dos t-shirts, dos camisas de manga larga y dos suéteres. Encasquétate un gorrito de lana, una bufanda y guantes. Entonces, párate frente a tu casa, a pleno terrero de sol, durante unos 15 minutos.
Si sientes que te asfixias, comprenderás (con cierta exageración, claro está) lo que algunas mascotas sienten al vivir en nuestro clima tropical, sobre todo, cuando pasan horas de horas –o días enteros– al descubierto o en ambientes demasiado encerrados o sin la debida protección contra el calor.
Razas de perros como Akita, Siberian Husky, Alaskan Malamute, San Bernardo, American Eskimo, Borzoi, Chow Chow, Old Engish Sheepdog y Samoyedo, entre muchas otras, fueron desarrolladas en países fríos y para vivir y trabajar en esos ambientes. No obstante, muchos de estos animales resultan muy populares entre los puertorriqueños que no dudan en comprarlos (raras veces los adoptan) sin recapacitar si, en realidad, pueden brindarles los cuidados que necesitan.
Por todo ello, y conscientes de que nuestro clima tropical dista mucho del de China, Siberia o Noruega, consultamos con el veterinario Dr. Ernesto Casta para conocer algunos de los problemas principales que, en su opinión, estas razas confrontan en un país como el nuestro.
Lanudos y grandotes
“En su mayoría”, observó Casta, “las razas de perros desarrolladas para vivir en climas fríos suelen ser de gran tamaño. Se caracterizan por tener mucho pelo y padecen, principalmente, de problemas dermatológicos cuando viven en países tropicales como el nuestro”.
Pero, el problema no es que tengan mucho pelo, sino que “estas razas poseen un doble manto (pelo exterior y subpelo), por lo que su pelaje es sumamente grueso y abultado para protegerlos de las temperaturas bajas encontradas en países fríos”, explicó el veterinario.
“Además”, continuó, al igual que les pasa a todos los animales, sean o no de raza, “éstos también se ven afectados por parásitos externos como pulgas y garrapatas”. Como ya sabemos, esta sabandijas se esconden en todos los recovecos del cuerpo de los animales y, en el caso de los muy lanudos, encontrarlas puede ser difícil. Esto significa que debemos hacer todo lo posible para prevenir este tipo de infestaciones.
Muchos casos de alergias
Si bien es cierto que en la Isla la temperatura es bastante parecida durante todo el año, no se puede negar que en verano, que ya se aproxima, el calor aprieta más. Por eso, preguntamos al Dr. Casta cuáles son los otros problemas que, con mayor frecuencia, él encuentra en estas razas de países más fríos.
“En mi práctica”, respondió, “la mayoría de los pacientes sufre de algún trastorno asociado con la piel o el pelaje. Estadísticamente hablando, vemos pacientes afectados de todas las razas, incluyendo a los satos. Pero, entre las razas que con mayor frecuencia se detectan problemas de piel, están Shih Tzu, Shar Pei y Pastor Alemán. La mayoría de los casos presenta diferentes grados de picor, que puede ser de leve a intermitente o incesante y desesperante para la mascota y su dueño. La picazón provoca que la piel sufra trauma y, como consecuencia, las bacterias que normalmente la habitan suelen colonizarla a tal grado que se crea una infección superficial o profunda, dependiendo de las capas de piel afectadas”.
Cuidados adicionales
Cuando hace mucho calor, algunos guardianes de mascotas reducen la cantidad de comida que les sirven a sus animales. Por ello, le preguntamos a Casta si hacer esto era lo correcto.
“No recomiendo hacer cambios en la dieta de estos perros”, respondió enfáticamente, “a menos que se trate de mascotas obesas. En ese caso, se diseña una dieta para reducción de peso gradual, hasta llegar al peso meta. Por otro lado, se deben tomar en consideración el estilo de vida y la actividad física de la mascota para escoger la nutrición adecuada”.
Casta también advirtió sobre “la condición de gastric dilatation volvulus (GDV), la cual ocurre, principalmente, en razas grandes o gigantes”. Debido a la misma, “el estómago y otros órganos abdominales giran o rotan dentro del abdomen y comprometen el flujo de sangre, causando necrosis del estómago y shock hipovolémico. Para reducir el riesgo de GDV, se debe mantener tranquila a la mascota, luego de alimentarla, y utilizar artefactos diseñados para evitar que coma rápidamente, ya que este comportamiento puede predisponer al animal al desarrollo de GDV”.
¿Y qué hay con el agua?
Como era de esperarse, también le preguntamos a Casta si a las mascotas se les debe obligar a tomar más agua cuando hace más calor. “En cuanto esto”, especificó el especialista, “la mascota debe tener acceso a este líquido preciado en todo momento, tomando en consideración que la cantidad a ingerir dependerá de su peso. En promedio, un perro debe tomar de media onza a una onza de agua por libra, por día. En otras palabras, un perro que pese 75 libras deberá ingerir entre uno y dos litros de agua diariamente”.
Por otro lado, explicó que beber demasiada agua puede ser tan nocivo como no beber la suficiente. “Existen perros que no ingieren la cantidad de agua adecuada, ya sea porque beben agua en exceso o de menos”, señaló. Por eso, es importante monitorear la cantidad de agua que ingieren. De hecho, en perros de razas grandes, el exceso de agua y la rapidez con que la tomen puede predisponerlos a desarrollar GDV o hiponatremia, que es la intoxicación con agua. Esto puede ser fatal”.
Más aún, Casta recomendó “dar agua a temperatura ambiente o añadir varios cubitos de hielo y esperar a que se derritan, pues el agua muy fría y el hielo pueden causar espasmos estomacales, calambres abdominales o distensión abdominal (bloating)”.
Vivir a la intemperie
Además de que fueron desarrollados para vivir en climas fríos, por ser grandotes, muchos de estos animales se pasan toda la vida en el patio, aun en verano. Sobre esto, Casta opinó: “Esto los hace más susceptibles a picadas de mosquitos y, por consiguiente, tienen mayores probabilidades de contagiarse con el gusano del corazón. También, tienen mayores probabilidades de adquirir y ser infectados con pulgas y/o garrapatas. Se recomienda administrar el preventivo contra gusanos del corazón mensualmente y de por vida, y proteger contra parásitos externos todo el año, no sólo durante el verano. Naturalmente, el dueño debe proveer un lugar seguro para proteger a su mascota de las inclemencias del tiempo”.
También recomendó “bañar a la mascota cada dos a tres semanas, a menos que exista alguna condición de piel que amerite bañarla más a menudo. Si la mascota no sufre de problemas de piel, debe usarse un producto a base de avena, especialmente para perros”.
Recortar o no recortar
Aun cuando muchos de estos animales no son de show, algunos guardianes se resisten a cortarles el pelo para preservar su look. Sobre esto, Casta opinó que, “en Puerto Rico, es recomendable mantener el pelo corto en estas razas durante todo el año, pues, debido a su pelaje, pueden desarrollar afecciones de piel si su manto no es mantenido apropiadamente. Recortarlos ayudará a que sufran de menos calor y se sientan mejor”.
El veterinario Dr. Ernesto R. Casta, DVM tiene su práctica en Animedical Veterinary Center, calle Máximo Alomar #1167, Urb. San Agustín, en Río Piedras. Para más información o para citas, pueden llamar al 787-767-5398.