Aguada: un manantial de historia
Se cree que por aquí llegó Cristóbal Colón a nuestras tierras y que también fue donde los indios se rebelaron contra la institución española.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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AGUADA. “Ciudad del Descubrimiento”, “El Vaticano de Puerto Rico”, “La Villa de San Francisco de Asís”, “La Villa de Sotomayor”. Todos son nombres o cognomentos con los que se hace referencia a este pueblo, arraigados a los orígenes de su historia y cultura.
Aunque no todos los historiadores coinciden en la ubicación exacta por la que entró a la Isla Cristóbal Colón, se ha establecido que fue por las costas de Guaniquilla, en Aguada, que el 19 de noviembre de 1493 desembarcó el almirante a nuestras tierras habitadas por los indios taínos. De ahí que hoy se le conozca como la “Ciudad del Descubrimiento”. No obstante, se cree que fue Colón quien bautizó el lugar como el “Puerto de Aguada”, por la cantidad de pozos y manantiales que hay en esta zona, ideal para abastecerse de agua.
En el 1510, don Cristóbal de Sotomayor, bajo el mandato de Juan Ponce de León, funda la primera población del oeste y segunda de la Isla, con el nombre de “La Villa de Sotomayor”. Pero en el 1511 se dio la primera rebelión indígena que incendió y acabó con la villa. Hubo otro intento de poblar Aguada frente a la costa, en la zona de Culebrinas, donde está la Ermita de Espinar, pero también fue destruido por un ataque Caribe hacia 1530. Luego, entre 1570 y 1590, se establece el poblado (centro histórico en su ubicación actual), pero es en el 1648 cuando oficialmente se separa de San Germán para formar un partido independiente.
Los primeros aguadeños se establecieron lejos de la playa y entonces recibieron el nombre, por la corona española, de “La Villa de San Francisco de Asís de la Aguada”, en alusión al santo patrono de la ciudad. El primer templo dedicado a San Francisco se establece entre 1585- 1587, pero no es hasta 1692 que se convierte en parroquia independiente de la de San Germán. Tras resistir embates como incendios, terremotos y huracanes, la fachada de la Parroquia San Francisco de Asís fue reconstruida entre los años 20 y 30, preservando su valor como monumento histórico desde 2008.
La parroquia posee las dos torres más altas entre las antiguas iglesias católicas de Puerto Rico, con más de 100 pies de altura. El exterior del edificio mantiene un estilo neogótico de la década de los años 20. Mientras que en su interior se conserva un estilo modernista de los años 50 con sus más de 20 vitrales. La imponente estructura, sumada a la devoción por la fe católica de la mayoría de los aguadeños les ganó el cognomento de “El Vaticano de Puerto Rico”.
En cuanto a la plaza pública -hoy conocida como la Plaza Almirante Cristóbal Colón- cabe destacar que su más reciente remodelación fue para el 2005, cuando se le añadieron faroles, glorietas y árboles.
“Cuando la gente camina por nuestro centro, están caminando por un lugar histórico porque este sitio ha sido poblado por más de 300 años ininterrumpidamente, algo que llama mucho la atención; en Aguada tenemos casi 400 años de historia”, apuntó el director de la Oficina de Turismo, Arte y Cultura de Aguada, Christian Acevedo Cabán.