Si cuidas tu vestimenta antes de cualquier salida, es muy probable que elijas cuidadosamente qué reloj usarás para la ocasión: Hay relojes de correa de goma, de tela, de metal o de piel, sin mencionar si tienen un complejo mecanismo mecánico o si son de cuarzo. En definitiva, querrás cuidarlos bien para que te duren un par de años.

Tener un reloj para cada ocasión es sinónimo de “código de vestimenta”. Si bien, los relojes de metal son algo más casuales que los de piel, siempre hay que procurar por su limpieza ante la corrosión y los líquidos impregnados en su superficie.

¿Cómo limpiar los relojes de muñeca?

Procure que la corona de cada reloj de pulsera que tengas se mantenga enroscada y lo más hermética posible.

Si hablamos del último caso, estos relojes naturalmente vienen con correa de piel: procura no mojarlos y pásales un paño húmedo para limpiar la suciedad; trata de usar un gel hidratante para mantener su textura y vitalidad ideal en la correa de cuero que lleves.

Si hablamos de un reloj hermético, ya sea de metal (resistentes al agua) o con componentes de plásticos, lo mejor será sumergir estos accesorios en agua tibia con jabón líquido durante unos minutos.

Durante este lapso de tiempo no deberás manipularlos y deja que solo reposen. Siguiendo los pasos anteriores, retíralos del agua y pásales un cepillo de cerdas finas en cada eslabón metálico del brazalete y por todos los grabados.

Tras asegurarte de haberlo hecho bien, vamos a aclarar con abundante agua templada. Asegúrate de secar todos tus relojes de pulsera con un paño microfibra y así no dejar residuos de pelusas.

Si hablamos de relojes con correa textil, estos son de fácil limpieza: trata de enjuagarlos suavemente con agua a temperatura ambiente y usa un detergente neutro; tendrás que refregar con un cepillo de cerdas suaves para que quitar todo resto de mugre y suciedad.