Este 1 de mayo se cumplieron 90 años de que el ahora planeta enano Plutón recibiera su nombre propio.

Este cuerpo remoto del sistema solar, que en 2006 perdió su consideración como planeta y fue sobrevolado en 2015 por la misión New Horizons de la NASA, había sido descubierto el 18 de febrero de 1930 por Clyde Tombaugh desde el Observatorio Lovell en Arizona.

El descubrimiento fue noticia en todo el mundo. El observatorio Lowell, que tenía el derecho a nombrar el nuevo objeto, recibió más de 1,000 sugerencias que iban desde Atlas hasta Zymal. El nombre Plutón -del dios romano del inframundo- fue propuesto por la británica Venetia Burney, una niña de 11 años interesada en la mitología clásica, durante una conversación con su abuelo Falconer Madan, miembro de la Biblioteca Bodleiana, de la universidad de Oxford. Este pasó el nombre al astrónomo Herbert Hall Turner, quien a su vez envió un cable a sus colegas estadounidenses con la propuesta.

Minerva, Cronos o Plutón

Para elegir el nombre definitivo del objeto, cada miembro del observatorio Lowell se le solicitó que votara por una de tres propuestas: Minerva, que ya era el nombre de un asteroide; Cronos, que tenía mala fama por haber sido propuesto por el impopular astrónomo Thomas Jefferson Jackson See; y Plutón. Este último recibió finalmente todos los votos.

El nombre fue anunciado el 1 de mayo de 1930 y, tras conocerlo, Madan dio a Venetia cinco libras de recompensa.

El nombre caló muy pronto en la cultura popular. Según Wikipedia, en 1930, Walt Disney al parecer se inspiró en él para llamar Pluto a su perro de los dibujos animados, compañero canino de Mickey Mouse, aunque el animador de Disney, Ben Sharpsteen, no fue capaz de confirmar la veracidad de esto.

En 1941, Glenn T. Seaborg denominó plutonio a un nuevo elemento químico inspirado en el nombre del planeta. Seaborg siguió la tradición de denominar a los elementos descubiertos por el nombre de los nuevos planetas del sistema solar. Así, el uranio se nombró a partir de Urano y el neptunio de Neptuno.