Utilizando un telescopio de 106″ (2.7 metros) de diámetro a bordo de un avión 747SP, científicos de la NASA han confirmado la existencia de agua en “Clavius”, un cráter lunar de 144 millas (231 km) de diámetro.

Según la Sociedad Astronómica del Caribe, el descubrimiento sugiere que el agua pudiera existir en otras áreas de la superficie lunar, y no solo en zonas con sombra o extremadamente frías de la Luna.

La misión SOFIA (Stratospheric Observatory for Infrared Astronomy) utiliza el avión modificado a alturas de hasta 45,000 pies para obtener vistas más claras del espectro infrarrojo, como parte de los estudios que realiza.

Aunque detecciones previas de hidrógeno apuntaban a la posible existencia de agua en la Luna, ahora se ha logrado confirmar la presencia de moléculas de agua en el cráter Clavius, uno de los cráteres más grandes del hemisferio sur lunar, y el cual es visible desde la Tierra.

No obstante, científicos de la misión SOFIA aclararon que solo se detectó una pequeña cantidad de agua, equivalente a una botella de 12 onzas, en un metro cúbico del suelo lunar.

Aún así, se trata de un hallazgo significativo, y aunque no necesariamente implica la posible existencia de microorganismos en la Luna, el lograr detectar agua en la Luna demuestra una vez más que en otros lugares fuera de nuestro planeta existe el agua, un ingrediente esencial para la vida.

Se anticipa que en futuras misiones a la Luna, como el proyecto Artemis, los astronautas podrán confirmar si existe el agua en otras áreas de la superficie lunar, como sugiere este descubrimiento.

Científicos analizan cómo se formó o fue depositada el agua en la superficie lunar, y entre algunas posibilidades, no se descarta pudo haber llegado con el impacto de micrometeoritos. La extremadamente tenue o casi inexistente atmósfera lunar, no desintegra las rocas espaciales o incluso cometas que pudieran haber transportado agua a la superficie lunar.

Otra posibilidad que sugieren los astrónomos, es que el agua se pudo haber formado allí, debido a que el viento solar pudo haber depositado hidrógeno en la superficie lunar, y reacciones químicas al interactuar con minerales con oxígeno, podrían formar hidroxilo, mientras que la radiación por el continuo bombardeo de micrometeoritos pudieron haber transformado esa sustancia en agua.

Mientras tanto, la misión SOFIA realizará observaciones de otras zonas de la superficie lunar, las cuales pudieran brindar más conocimientos sobre cómo se forma, se deposita o se mueve el agua a otras áreas de la superficie en la Luna.

El cráter Clavius, lugar donde se detectó el agua, ha sido fotografiado desde la Isla por varios astrofotógrafos de la Sociedad de Astronomía del Caribe (SAC).