Al tope de un monte en el sector Tokio de Lajas se esconde la Gruta de San José de la Montaña, un tesoro religioso construido por unos hacendados de la zona a principios del siglo 20, como ofrenda al cese de la sequía que afectaba sus cosechas y el ganado.

La estructura hecha en piedra en forma piramidal parece mirar hacia el pueblo del San Germán, cual símbolo de gratitud de sus proponentes quienes prometieron erigir el monumento que contiene un estrado que podía servir de altar y, en el centro, la imagen de San José con un niño en sus brazos.

Para acceder al lugar, hay que subir más de una treintena de escalones irregulares en un terreno empinado, pero vale la pena el esfuerzo ya que al llegar se observa la impresionante belleza del valle lajeño, incluyendo el paisaje de Guánica hasta Cabo Rojo.

De acuerdo Israel Román Martínez, presidente de la organización comunitaria Surcando la Historia, “la gruta San José es un patrimonio religioso de Lajas porque Lajas es la ‘Ciudad Cardenalicia’, no solamente por el equipo Los Cardenales en la pelota, sino que tuvieron el primer y único cardenal de Puerto Rico, Luis Aponte Martínez”.

Israel Román Martínez, presidente de la organización comunitaria Surcando la Historia.
Israel Román Martínez, presidente de la organización comunitaria Surcando la Historia. (XAVIER GARCIA)

Sin embargo, el lugar estuvo abandonado desde la década del 80. Por eso, el colectivo buscó el permiso de la iglesia para acondicionarlo y facilitar su acceso, con el objetivo de que locales, visitantes y turistas puedan disfrutar de un espacio que encierra parte de la historia del pueblo.

“En 1919 hubo una sequía intensa que se moría el ganado y los cultivos se estaban secando. En ese periodo estaba llegando de España la esposa de Santiago ‘Chago’ Palmer que estuvo en Barcelona, en una gruta San José de la Montaña en España. Vio esa gruta y le interesó. Cuando llega a Puerto Rico se encuentra con la situación, se juntó con un grupo de damas de San Germán e hicieron una rogativa”, contó el historiador.

“Ellos vinieron caminando desde San Germán hasta Lajas con unas velas en honor a San José, que es el padre de los constructores, y le pidieron, que, si llovía en Lajas, iban a preparar una gruta como monumento. Al par de días comenzó a llover, se salvaron los cultivos, se salvó el ganado y, como recompensa, una de las familias donó un pedazo de tierra y con cantería local hicieron la gruta”, explicó el educador.

Su construcción está orientada al pueblo de San Germán, “como símbolo de que fue de allá que vino la iniciativa”.

“Desde allá ves todo el valle. La gruta fue centro de peregrinación todos los marzo 19 que es el día de San José, pero después de los 80 se perdió la costumbre. El acceso no es difícil, pero son unos escalones pronunciados y altos y no estaban en óptimas condiciones”, confesó.

Igualmente, destacó que la gruta se hizo con las piedras que caracterizan el lugar ubicado cerca de la carretera PR-101.

“Lajas viene de la gran cantidad de rocas que había, porque estas piedras se rompen y son chatas, las que tiras en el río y brincan. Hay roca caliza sólida y están las lajas que están en La Parguera. Cuando hicieron la gruta, lo primero que hicieron fue la base que es sólida, se hizo como un muro de contención. Después que estaba la base, edifican la gruta con piedras más pequeñas y la base con piedra grande. Es como un tipo de amalgama”, manifestó.

“En la parte de atrás de la gruta es como si fuera el manto de la Virgen. El santo original está en la parroquia, lo trajeron de España, pero fue vandalizado en los 80. Ahí también vemos detalles de arquitectura o de fe religiosa como el cáliz y la hostia que adorna el marco donde está la imagen. Hay un ofertorio donde los devotos echaban las ofrendas”, agregó.

Para llegar a la gruta hay que subir unos escalones de madera.
Para llegar a la gruta hay que subir unos escalones de madera. (XAVIER GARCIA)

El colectivo comunitario se dio a la tarea de limpiar el área, pues sus condiciones no eran las mejores para recibir visitantes.

“Limpiamos el área que estaba perdida en la vegetación y desde marzo para acá, nos hemos dedicado a facilitar el acceso y acondicionarla. Estamos bregando con la parte del registro y demás, junto con el padre Ángel que es el párroco del pueblo porque luego que quedó en desuso se abandonó. Ya estamos bregando con el acceso, aseguramos las barandas para que las personas puedan sujetarse”, explicó el portavoz de Surcando la Historia.

“En la parte de arriba, que es una cuesta en tierra, se hicieron unos escalones de madera. Estamos bregando con varios líderes de la comunidad, consiguiendo vegetación nativa del área para reforestar de nuevo. Hay un arquitecto paisajista que hizo un diseño de la gruta de lo que queremos hacer ahí, que sea un centro de esparcimiento”, reveló.

Finalmente, el historiador reiteró la importancia de la Gruta de San José.

“Queremos que Puerto Rico sepa que en Lajas tenemos ese tesoro religioso y muchas veces, eso se desconoce”, concluyó.