¿Qué significa ordenar los billetes de mayor a menor, según la psicología?
Conoce a qué podría estar relacionado.

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Cada persona tiene una manera distinta de acomodar los billetes. Están quienes son organizados y estructurados y les gusta mantener todo en orden, pero también existen aquellos que son más desorganizados y no se preocupan por ello. Aunque este hábito parece sencillo y sin importancia, para la psicología es más que una cuestión de practicidad.
Los especialistas indican que está acción refleja ciertos aspectos profundos del carácter de cada individuo y están asociados con su forma de vincularse con el entorno y con sus propios recursos.
Además, señalan que esta práctica es habitual en personas que valoran altamente el orden y la estructura, ya que no solo se trata de cómo manejan el dinero, sino de imponer lógica y claridad en la vida, incluso en momentos caóticos o inciertos.
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¿Qué significa ordenar los billetes de mayor a menor?
Otra de las razones frecuentes de esta costumbre es que se vincula con la necesidad de control emocional y estabilidad personal. Aquellos que suelen encontrar tranquilidad en lo previsible ven en este acto de ordenar una estrategia para reducir el estrés.
Asimismo, este comportamiento puede estar relacionado con una actitud conservadora frente al gasto y el ahorro, debido a que el origen del dinero puede ir de la mano con los buenos hábitos financieros.
Por otro lado, ordenar los billetes de mayor a menor podría estar vinculado con el Trastorno Obsesivo Compulsivos (TOC), según National Institutes of Health (NIH), las personas que sufren de esto siente una fuerte necesidad de que las cosas estén “correctas” o “simétricas”.
Sin embargo, no siempre se trata de una condición clínica, ya que en ocasiones puede ser simplemente una práctica para tener control sobre el dinero, que se le conoce como Trastorno de Movimientos Estereotípicos, que de acuerdo con el portal “MedlinePlus”, se caracteriza por la rigidez, repetición y el malestar que genera en la persona cuando no puede realizar la acción.
Por su parte, la “Clínica Mayo” resaltó que hay una diferencia entre ser perfeccionista y padecer TOC. Los pensamientos de una persona con trastorno obsesivo compulsivo no son simplemente preocupaciones excesivas por problemas reales en su vida o el placer de tener las cosas limpias y ordenadas de una manera específica.
Aunque esto no genera problemas, cuando se convierte en una obsesión, las personas deben acudir al médico para que les ayude a buscar una solución a su situación.