El paso de la escuela a la universidad puede ser emocionante, pero también abrumador para muchos estudiantes.

“La transición implica un fuerte cambio cultural. En la educación universitaria las exigencias son más altas y es esperable que en esta transición se genere un mayor estrés por las diferencias de prácticas entre escuelas y universidades”, aseguró Ernesto Treviño, académico de la Facultad de Educación de la Universidad Católica y director del Centro UC para la Transformación Educativa, de Santiago de Chile.

Samuel Fernández, psicólogo del Centro de Salud Digital Saluta, indica que, “esta etapa marca la transición de la adolescencia a la adultez temprana, un período caracterizado por la exploración de la identidad, la independencia y la responsabilidad”.

Expertos en educación y salud mental entregan algunos consejos prácticos para que los nuevos alumnos universitarios puedan navegar con éxito esta nueva etapa en sus vidas.

El primer año de universidad puede ser para los estudiantes de nuevo ingreso “un baño de realidad”: por ejemplo, deben comenzar a hacerse responsables de todos los trámites universitarios para realizar a tiempo y cumplir sus responsabilidades.

Se recomienda participar de las jornadas de bienvenida y orientación que se celebran durante los primeros días del semestre.

“Aunque muchas veces no son tan valoradas por los estudiantes, asistir a las bienvenidas y a talleres de ingreso a la vida universitaria es superútil. Ahí se les dan tips para inscribir cursos optativos o deportivos, información sobre la ubicación de las salas de clases, el uso del correo institucional o cómo es el ingreso a las bibliotecas. Asimismo, es una oportunidad para conocer a compañeros y profesores”, dice Héctor Trincado de la Universidad Alberto Hurtado de Chile.

De otro lado, es fundamental adoptar una rutina desde el día uno.

“Es importante conocer el programa del curso, las evaluaciones que habrá durante el semestre, fechas importantes, lecturas obligatorias y complementarias y todo lo que haya que planificar con tiempo para poder prepararse semana a semana”, explica Javiera Mejías, psicóloga educacional.

En esta línea, un calendario online, apps o una agenda virtual son herramientas que pueden ayudar a recordar estas fechas clave.

Los expertos coinciden en no olvidar establecer momentos de socialización, ocio y descanso, que son esenciales para el bienestar.

Manejar el estrés

“Ingresar a la universidad puede causar nervios y ansiedad. Los alumnos pueden estar más sensibles, porque es algo distinto, que no conocen y que causa incertidumbre sobre cómo será la experiencia. Por ende, la recomendación es asumir que se podrá estar un poco más intranquilo o ansioso, y tomar conciencia de eso”, asegura Ximena Rojas, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad San Sebastián.

En ese sentido, explica que, “quienes tengan sus propias estrategias para hacerse cargo de la ansiedad u otras sensaciones molestas pueden estar más atentos y aplicarlas; mientras que aquellos que no las tienen deben buscar alguna fórmula que los ayude a compensar esos ‘nervios’ que están sintiendo”.

Pablo Palma, director de la carrera de Psicología de la Universidad Autónoma, aconseja “usar las ventanas de oportunidad y aprovechar ese tiempo ya sea para el estudio o para una actividad que ayude a manejar el estrés, como podría ser el deporte”.

Treviño dice que como la exigencia en la educación superior es más alta que en la escuela es “probable que algunos estudiantes tengan una baja en su rendimiento de notas. Esto es normal durante el primer semestre, mientras se están adaptando a esta nueva etapa”.

Y añade: “Seguramente las notas irán mejorando en la medida que cada uno calibre las estrategias de estudio que le puedan ser más eficaces. Las universidades también cuentan con distintas formas de apoyo, tales como tutorías, ayudantías y otros que son de gran ayuda para aprender rápidamente estrategias de estudio y organización”.

Según Palma, “una meta realista en el primer semestre es tratar de aprobar todos los ramos, independiente de la nota. El segundo, pueden ponerse el objetivo de pasar con mejor promedio”.

Otro consejo es no temer pedir ayuda si la ansiedad es algo que no se puede manejar.

“Lo recomendado sería que el estudiante se acerque a su orientador académico y solicite ayuda. Todas las casas de estudio cuentan con centros de atención psicológica que pueden asistirlo”, explica Trincado.

Fernández agrega un consejo para las familias: “Ofrecerles comprensión y mantener una comunicación respetuosa sobre su proceso puede ser de gran ayuda para los estudiantes”.