Acaba de publicarse la tercera edición del reporte “Dieta, nutrición,actividad física y cáncer: una perspectiva global”, en el cual se analiza la relación entre esos importantes elementos del estilo de vida y el riesgo de desarrollar cáncer.

Publicado por el Instituto Americano de Investigación del Cáncer (AICR) y el Fondo Mundial de Investigación del Cáncer (WCRF), el reporte revisa datos de 51 millones de personas e incluye 3,5 millones de casos de cáncer en 17 sitios diferentes.

El informe se publica cada diez años y recoge toda la investigación que relaciona dieta y ejercicio con el cáncer y presenta diez prácticos consejos que revisaremos en este artículo (ocho para el público general y dos para poblaciones especiales). Afirman los autores que quien siga esas recomendaciones tendrá un menor riesgo de desarrollar cáncer.

Un peso saludable

De acuerdo con el reporte, los estudios relacionan sobrepeso y obesidad con 12 tipos de cáncer, los cuales son hígado, ovario, próstata (avanzado), estómago (cardias o parte alta del estómago),
boca y garganta, colon y recto, mama (después de la menopausia), vesícula biliar, riñón, esófago, páncreas y endometrio (membrana interna del útero). En este contexto, además de ser un asunto de salud personal o individual, el control político de la obesidad constituye una iniciativa de control del cáncer de un país.

Alimentación sana

Haciendo honor al viejo aforismo de que la salud de una persona entra por la boca, los estudios revisados establecen una relación directa entre lo que uno come y el riesgo de cáncer. La mejor alimentación es la que se prepara diariamente, usando ingredientes frescos y naturales con abundancia de granos, menestras, frutas y vegetales. Además, se recomienda que las porciones deben ser pequeñas.

Actividad física diaria

Esta es otra actividad que ha demostrado una fuerte correlación con el riesgo de desarrollar cáncer. Las personas sedentarias tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer. Lo recomendable es hacer treinta minutos diarios de actividad física vigorosa, combinando ejercicios aeróbicos y anaeróbicos.

No comida chatarra


Según el reporte, la evidencia científica que relaciona el consumo de comida chatarra y productos procesados con el cáncer es muy grande. Por su alto contenido de grasas y azúcares, causan obesidad y por ese mecanismo causan cáncer. Pero también, por alterar el metabolismo del azúcar y la insulina, causan cáncer del endometrio.

Las carnes rojas

Fuertemente relacionados con dos tipos de cáncer (estómago y colorrectal), el reporte es enfático en recomendar que la persona que desee disminuir su riesgo de cáncer debe limitar el consumo de las carnes rojas y los embutidos. Las carnes rojas pueden ser consumidas en pequeñas porciones una o dos veces por semana, y hay que evitar en lo posible el consumo de embutidos.

No bebidas azucaradas

A través del mecanismo de causar obesidad, las bebidas azucaradas –según el reporte– están fuertemente relacionadas al desarrollo del cáncer. La mejor bebida es el agua pura o el consumo de las antiguas bebidas caseras con pequeñas cantidades de azúcar.

Menos alcohol

Las investigaciones examinadas para el informe son enfáticas en demostrar que a mayor consumo de alcohol mayor el riesgo de desarrollar cáncer, entre ellos el de boca y garganta, esófago, estómago, hígado, colon y recto, mama (premenopausia y posmenopausia). Según los autores del reporte, si uno quiere reducir el riesgo de cáncer, el consejo es no tomar alcohol. Si uno elige hacerlo, el hombre no debe tomar más de dos tragos, y la mujer un trago por día.

Sin suplementos

Esta es una recomendación que puede agarrarlo por sorpresa, amable lector, sobre todo si usted es de esas personas que se han dejado engañar por los comerciantes de multivitaminas y suplementos como el magnesio y otros minerales. Por ejemplo, la evidencia que relaciona el consumo de betacaroteno con el cáncer de pulmón y el de altas dosis de ácido fólico con pólipos del colon y del recto (precursores del cáncer) es muy fuerte. Las mínimas cantidades de vitaminas
y minerales que se necesitan deben obtenerse de los alimentos.

Lactancia materna

La lactancia materna por un mínimo de seis meses (recomendable
por dos años) es protectora contra el cáncer tanto para la madre como para el bebé. Las mujeres que lactan tiene menos riesgo de sufrir de cáncer de mama y los bebes que lactan tienen menos sobrepeso y obesidad.

Sobrevivientes del cáncer

A pesar de que las investigaciones se han centrado en mujeres sobrevivientes de cáncer de mama, en quienes un estilo de vida saludable ha demostrado mayor sobrevida y calidad de vida, los autores dicen que esas recomendaciones pueden extenderse a los demás sobrevivientes de cáncer, quienes deben hacer todo lo posible en seguir las primeras ocho recomendaciones del reporte.

Corolario

No hay duda de que el estilo de vida es muy importante en disminuir el riesgo de desarrollar cáncer, pero el reporte es enfático en afirmar que –además de la educación del público en cómo adoptar un estilo de vida saludable– las decisiones políticas en salud pública de un gobierno son igual de importantes. En ese sentido, estando el Congreso de la República listo para votar por el sistema de etiquetado más claro y eficiente para los niños y adolescentes del Perú, es justo preguntarse si los congresistas entienden verdaderamente que su decisión es, en realidad, una medida de control del cáncer para el futuro de todos los peruanos, especialmente el de las futuras generaciones. En otras palabras, ¿entenderán los padres de la patria
que su voto va más allá de elegir entre un octógono y un semáforo?