El autismo o trastorno del espectro autista (TEA) es uno de los diagnósticos de los que más se habla hoy día. Pero también, de los más incomprendidos.

El desconocimiento es el que provoca que muchas de las personas con el TEA se enfrenten con numerosas barreras en su desarrollo, las que pueden seguir presentes a lo largo de su vida.

Vacunas en la infancia, medicinas durante el embarazo, alimentos, exposición a agentes tóxicos… Mucho se especula sobre el origen del autismo, pero lo cierto es que aún se desconoce a ciencia exacta qué lo causa. Sin embargo, esto no resta lo necesario de comprenderlo.

En el Mes de la concienciación del autismo te presentamos algunos datos que aportan gran luz no solo en el interés por conocer un poco más sobre este trastorno, sino también a comprometernos para ayudar a estas personas a una adaptación más saludable al entorno social y a contar con la calidad de vida que merecen.

1. Tres señales comunes

Desde bebés, pueden comenzar a demostrar tres características distintivas del autismo: problemas de comunicación, dificultad en las interacciones sociales y comportamientos repetitivos. 

2. En quién se ve más

Los trastornos del espectro autista -que afectan a todos los grupos raciales, étnicos y socioeconómicos- son casi 5 veces más comunes en los varones (1 en 42) que en las niñas (1 en 189).  

3. Gran inteligencia

Se dice que Albert Einstein, Isaac Newton, Mozart y Beethoven sufrieron alguna forma de autismo a lo largo de su vida. Por eso algunos conocen el TEA como una patología común de genios.

4. Relación con la epilepsia

Los científicos no tienen claro por qué entre el 20% y el 30% de los niños con autismo desarrollan epilepsia cuando alcanzan la edad adulta.

5. Los ayuda un gran amigo

Se ha demostrado que los perros mejoran la calidad de vida, la independencia y la seguridad de los niños con el TEA. La presencia de un perro entrenado puede reducir el comportamiento agresivo, calmar al menor y servir de enlace con la comunidad del niño.

6. Por qué les resulta difícil comunicarse

Estas personas suelen mostrar dificultad en cuanto a las destrezas de socialización y les resulta casi imposible mostrar empatía al relacionarse con otros. Según una investigación publicada en Biological Psychiatry, esto se debe a fallos en el desarrollo del sistema de las neuronas espejo, que son las encargadas de comprender y anticipar los deseos y las acciones de los demás.

7. El tiempo no es igual

Para ellos la lectura del reloj no es interpretada del mismo modo que para otras personas. Por lo general, el tiempo pasa más de prisa ya que continuamente están pensando y procesando información. Del mismo modo, se les dificulta comprender las metáforas o refranes ya que la información la toman en el sentido exacto de la palabra.

8. Una diferencia en la amígdala

Los investigadores ha descubierto que el área del cerebro llamada amígdala es en promedio un 13% más grande en niños pequeños con autismo en comparación con menores sin el trastorno. Esta región está dentro del sistema límbico, encargado de organizar y poner en conexión la percepción y la emoción.

9. En aumento

En la actualidad el diagnóstico de autismo ha ido en crecimiento al punto de que es más común en la infancia que el cáncer, la diabetes y el HIV en menores, si se comparan en conjunto.

10. Excelentes para los datos

La persona con autismo tiene mayor capacidad para procesar información que la población general. Por eso son muy buenos para tareas de memorización. Según investigadores del Reino Unido, esto pudiera explicar por qué un gran porcentaje de quienes tienen el diagnóstico trabajan en el campo de la tecnología de la información. Además, según un estudio reseñado en la publicación Journal of Abnormal Psychology, son más capaces de detectar información que se considera esencial o relevante.