A medida que se acercan a los 50 años, algunos hombres entran en una difícil etapa en la que sienten que todo se les viene abajo.

Por un lado, comienzan a percibir que el tiempo corre con demasiada prisa, y es entonces donde -en un buen día- toman conciencia de que la vida es demasiado corta. Ahí es cuando empiezan a cuestionarse si su trayectoria vivida ha sido satisfactoria y si le han sacado el máximo partido a sus días.

Por el otro lado la llegada a la quinta década supone, además, unos cambios físicos que determinan la posición del hombre respecto al sexo. Desde ese punto de vista, ellos pueden notar un descenso hormonal (incluida la testosterona), provocando en ciertos casos un desinterés sexual y pérdida en la potencia.

En fin, que para algunos los cincuenta son sinónimo de un cambio brusco en la vida diaria, de un periodo complicado en el que permea la sensación de que la juventud se está yendo.

“Menopausia masculina”

Según explica la sexóloga Alicia Fernández, la llamada “crisis de los 50” o “de la mediana edad” es algo controversial, pues no todos los especialistas se ponen de acuerdo en torno a su existencia o posibles síntomas.

Sin embargo, la experta precisa que ya a partir de cierta edad -que puede ser tan temprana como los 35- existen una serie de situaciones físicas, psicológicas y emocionales que repercuten invariablemente en la vida del hombre.

“Se habla mucho de la menopausia en la mujer y no así de la andropausia del hombre. Y esto se debe a que la manifestación en ambos es diferente y tiene una gran influencia cultural”, advierte la Dra. Fernández, quien labora en la Clínica de Sexualidad Humana.

“Los cambios en esta etapa en el hombre se dan gradualmente a partir de los 35 años, donde comienza una caída en los niveles hormonales -testoterona y otras más-, especialmente en la etapa de los 40 a los 55 años, que es cuando se manifiesta lo que llamamos una crisis”, detalla la especialista.

El término andropausia, según indica, se acuñó en la década de los 90 para describir “un estado de deterioro que con la edad sucede en los hombres y en el que se manifiesta una capacidad sexual que va en disminución”.

Algunos de los cambios que se evidencian en esa etapa son fatiga, pérdida de energía y de impulso sexual, así como una disminución en la agilidad física.

Segunda juventud

A diferencia de las mujeres, la crisis de los 50 puede tener peores consecuencias para los hombres.

El deseo de regresar a la adolescencia hace que muchos entren en una especia de obsesión por su estado físico, volcándose a los deportes y al gimnasio para sentirse mejor.

Otros, incluso, entran en la peligrosa tentación de romper con sus responsabilidades de pareja. En este sentido, no pocos hombres buscan aventuras sexuales fuera del matrimonio en un intento por comprobar su virilidad.

“Algunos hombres son protagonistas de extrañas actitudes. Algunos empiezan a salir con mujeres menores para probar que aún son capaces de conquistar y posiblemente sentir un efecto vampírico, donde tratan -tal vez por osmosis- de transferir la juventud de la mujer hacia ellos y sentirse más joven. Es una forma de demostrar, asimismo, que todavía pueden llevar a cabo unas conductas sexuales como si tuvieran 20 años menos”, observa la Dra. Fernández.

“De estar casados, comienzan a tener unas relaciones extramaritales que pudieran acabar con su matrimonio. Y si están solteros, comienzan una cadena de relaciones poco duraderas en las que posiblemente está involucrada la atracción física y la juventud de él hacia ella, y el aspecto económico y la seguridad de ella hacia él”, sentencia la sexóloga.

La experta en sexualidad aclara, sin embargo, que no todos los hombres reaccionan de igual forma ante esta crisis.

“No todos pasan por esta situación. Es una cuestión sociocultural y se trata más fuertemente como un fenómeno urbano”, dice la especialista.

Distintos psicólogos apuntan que es “el culto a la juventud en las sociedades occidentales” lo que ha contribuido a popularizar el concepto de la crisis de la edad media.