Adolescentes optan por las cirugías plásticas
Entre ellas aumento de senos, liposucción o rinoplastia.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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Ya no es sorpresa que, en lugar de una fiesta con sus amistades o una escapadita en crucero, una adolescente le pida a sus padres una cirugía plástica como regalo de graduación o cumpleaños.
Bien sea un aumento de senos, liposucción o rinoplastia (procedimiento para corregir la nariz) -por mencionar algunos de los más populares-, las jovencitas están bastante al tanto de las opciones quirúrgicas que tienen a su alcance para sentirse más cómodas con su apariencia física.
Y es que, según apuntan los psicólogos y hasta los propios cirujanos plásticos, a las chicas de hoy día no parece importarles las posibles consecuencias (físicas y psicológicas) de estas intervenciones, pensando que entrar al quirófano es casi como ir al salón de belleza.
El cirujano plástico Claudio Corral señala precisamente que, en la actualidad, las consultas para operaciones estéticas comienzan tan temprano como a los 13 años. A juicio del especialista, son varias las razones que han ayudado a extender el uso del bisturí entre las -y también los- jóvenes.
¿Las más destacadas? El culto a la belleza, que los lleva a querer verse mejor a cualquier precio, y -en el caso de pacientes con deformidades notables- el deseo de elevar su autoestima y ser “parte del grupo”.
“Desde los 15 (años) vienen pidiendo desde aumento de busto hasta liposucciones, simplemente porque no quieren hacer ejercicios. El boom en la demanda corre por etapas: suelen venir por las graduaciones de octavo grado, pues les regalan las cirugías por la ocasión. Los padres las traen a la consulta y, muchas veces, así mismo tengo que enviarlos junto con su hija de vuelta a la casa”, revela el Dr. Corral, quien asegura no ser partidario de operar a jovencitos sencillamente por una simple insatisfacción estética.
Decisión prematura
Para el experimentado cirujano, la decisión de realizarle un procedimiento cosmético a un menor es un tema que hay que analizar con lupa.
Por un lado, el cuerpo de muchos no se desarrollado por completo, lo que podría interferir con el sano crecimiento o, incluso, anular los resultados de la operación algunos años más tarde. Por el otro, los adolescentes no suelen tener la madurez emocional para tomar una determinación tan importante como ésta ni, mucho menos, enfrentarse a sus posibles riesgos.
“Las únicas cirugías que yo haría en adolescentes son la rinoplastia, otoplastia (para corregir orejas grandes) y la reducción de senos en la persona indicada, como las que presentan problemas de postura y dolor de espalda. Fuera de esto no haría nada a menos que sea algo traumático o una cirugía reconstructiva”, afirma el Dr. Corral, de la Northwestern University de Chicago.
“Creo que la persona tiene que estar más madura psicológicamente para someterse a un procedimiento estético, y entiendo que a esa edad no se está mentalmente donde se tiene que estar. Los chicos están muy vulnerables y tienen muchas presiones sociales, tanto de los medios como de sus compañeros de escuela. Nosotros, como cirujanos, tenemos que estar seguros de que la motivación del paciente es la correcta”, precisa el experto.
El Dr. Corral es enfático en señalar que, antes de los 21 años, el paciente debe presentar por escrito un consentimiento de sus padres previo a someterse al bisturí de un cirujano plástico.
¿Remedio a la baja autoestima?
Los expertos en conducta advierten, por su parte, la necesidad de indagar en los aspectos psicológicos detrás de optar por un tratamiento cosmético.
Desde desórdenes de percepción e imagen hasta un estado anímico depresivo, los adolescentes pueden recurrir al quirófano pensando que la cirugía plástica puede corregirlos como por arte de magia. Así lo establece el psicólogo clínico Luis Caraballo, quien se muestra preocupado por este mito bastante compartido entre los jóvenes.
“La mayoría no recurre a una operación cosmética por un problema físico, sino por la percepción errada que tienen de su cuerpo. Usualmente cuando un joven tiene baja autoestima, éste presenta algún desorden de ánimo -como depresión o ansiedad- , y su percepción siempre va a estar equivocada. Puede seguir haciéndose todas las cirugías que quiera y su insatisfacción será la misma. Es como ponerle curitas al problema”, observa el Dr. Caraballo.
El psicólogo señala como casos aparte a los adolescentes que tienen alguna deformación importante o los que hayan atravesado algún accidente grave, problemas que laceran la estabilidad emocional de la persona.
“Una cirugía plástica en esos contextos puede ser beneficiosa, pues tiene la capacidad de ayudar a restaurar la autoestima”, aclara.
Como recomendación general, el Dr. Caraballo aconseja que cada persona que esté contemplando realizarse uno de estos procedimientos sea evaluada por un psicólogo. De esta forma, se podrá conocer las verdaderas motivaciones detrás de la cirugía.
“Es una buena manera de saber si la operación está dirigida a corregir algo objetivo y real o, más bien, enmascarar un problema psicológico y perceptual”, puntualiza el psicólogo clínico.
Tómalos en cuenta
Si estás considerando hacerte una cirugía plástica, es importante que analices los siguientes puntos.
1. Conoce tus motivaciones: Examina las verdaderas razones por las que deseas visitar el quirófano.
2. Elige un buen cirujano: Opta por uno que tenga vasta experiencia realizando el procedimiento que deseas.
3. Habla con otros pacientes de tu doctor: Pídeles su opinión y orientación sobre la intervención, así como el proceso de recuperación.
4. Busca una segunda opinión: Esto te ayudará a estar mejor informada y a tomar la decisión correcta.
Más información:
El cirujano plástico Claudio Corral es propietario de Eden Esthetics en Hato Rey. Para citas, llama al 787-763-8585. El Dr. Luis Caraballo es psicólogo clínico y profesor del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR. Para ayuda profesional, comunícate a las clínicas del Departamento de Psiquiatría: 787-766-0940.